El sistema de autosalvación del villano escoria || 人渣反派自救系统。LIBRO 3

Capítulo 55: La vida bajo arresto domiciliario

Al unirse la grieta entre los dos reinos, hubo un ancho corredor de piedra. Los pares de antorchas marchaban infinitamente en la distancia, y las profundidades eran tan oscuras como un denso bosque en la noche. Mirando el estilo de los murales a los lados del corredor, había un fuerte ambiente yin, y estaba claro que esta era la sede de Luo Binghe en el Reino Demoníaco.
Después que la brecha se selló, Luo Binghe no continuó refrenando a Shen Qingqiu, liberando lentamente sus manos. Shen Qingqiu se paró derecho y sacó el polvo de sus mangas, sin decir una palabra.
Los dos no tenían nada que decir, sin darse una mirada de reojo. Uno adelante y otro atrás, sus pasos no hicieron ningún sonido. El ambiente era rígido y frío.
Las bifurcaciones en el pasillo del palacio subterráneo no hicieron que Luo Binghe se detuviera por un pelo. Después de pasear durante algún tiempo por un camino sinuoso a través del complejo, la escena se abrió repentinamente ante sus ojos. La arquitectura en el Reino Demoníaco estaba en su mayoría atrincherada bajo tierra en cuevas subterráneas excavadas, sin ver el sol o la luna durante todo el año, pero esta parte atravesaba desde el suelo hasta lo alto, permitiendo que la luz del sol disparara y añadiera más que un poco de carácter humano.
Abriendo la puerta y entrando, los muebles y la adaptación de la habitación eran de un aspecto bastante familiar. De hecho, era bastante similar a la casa de bambú en la Cumbre Qing Jing.
Shen Qingqiu sintió una misteriosa sensación de resentimiento.
Realmente quería preguntarle a Luo Binghe, "¿cuál es el significado de esto?" Organizar la escena y los accesorios como si estuviéramos en un set de teatro, reuniendo a los actores, fingiendo que nunca sucedió nada–¿quieres continuar esa pequeña obra diaria de una relación amorosa de maestro y discípulo de tu paisaje onírico?
Ahora actuando como un niño miserable y lanzando rabietas, haciendo que su corazón se desborde con simpatía. Ahora nuevamente golpeando su cara y diciéndole que todo fue un acto. Real o falso, sus ojos no eran lo suficientemente agudos como para ver claramente las plumas de otoño[1] y ver a través del corazón de Luo Binghe para comprender lo que realmente estaba pensando, algunas partes de verdad y otras partes de hipocresía.
Mientras todavía estaba meditando sobre estos pensamientos, Luo Binghe caminó un paso más cerca a él.
Si hubiera sido unos días antes, Shen Qingqiu definitivamente no habría dudado en huir, retrocediendo tres pasos por cada paso más cerca. Pero ahora, obviamente no quería hacer este tipo de movimiento. Eso se vería mucho como si fuera una mujer de una buena familia secuestrada por bandidos, demasiado antinatural. Incluso como un dragón nadando en aguas poco profundas o un tigre cayendo en las planicies[2], aún podría buscar su última gota de coraje para mantener una afectación agraciada y prudente. De ninguna manera se hundiría en una apariencia completamente antiestética.
Pero todavía estaba inevitablemente tenso, su corazón se estiró como una cuerda de arco, sus párpados saltando y sus dedos curvados.
¿Cómo era Luo Binghe tan perceptivo? Avanzó otro paso.
—Shizun, ¿qué crees que te voy a hacer?
Shen Qingqiu dijo sinceramente: —No puedo adivinar.
Nunca más se atrevería a adivinar deliberadamente las intenciones de Luo Binghe.
Los hechos eran claros, ¡cada vez estaba a años luz de lo correcto!
Luo Binghe extendió su mano derecha. Shen Qingqiu no hizo ningún sonido o
movimiento, pero su mirada no pudo evitar pegarse a las yemas de sus dedos, siguiéndolas mientras se extendían.
Esa mano era pulcra y esbelta. No se veía como la mano de un joven maestro de la raza demoníaca que ya había tomado incontables vidas, más bien como una que había nacido para tocar cuerdas, una mano para quemar incienso y bañarse en la nieve. Se deslizó tímidamente sobre su mejilla, cepillando levemente su piel.
Y luego aterrizó en su garganta.
No sabía si había sido un accidente o no, pero esta mano había aterrizado exactamente en una de las principales arterias de su cuello. La garganta de Shen Qingqiu se contrajo imperceptiblemente.
Luo Binghe retiró su mano. La próxima vez que abrió la boca, era imposible saber si estaba feliz, enojado, triste o contento. —Mi sangre no responde a mi llamado.
Entonces, cuando había tocado su piel hace un momento, era para probar la sangre de Demonio Celestial reprimida en el cuerpo de Shen Qingqiu.