07/11/2014
Creditos al autor (a): Vera-Chan
Hinata sonrió mientra veía como sus dos hijos, frutos del amor entre Naruto y ella, comían felices las galletas que ella recién había horneado para ellos. Sonrió al darse cuenta de que todos sus sueños se había hecho realidad, formar una familia con Naruto-kun siempre fue lo que había querido
-Mama es hora de despertar -le hablo su hijo de repente
-¿Que? -le pregunto Hinata al no entender lo que decía su hijo
-Hora de despertar -canturreo su hija pequeña al tiempo que comía su galleta
Y de repente todo se distorsiono, se volvió negro y desapareció delante de sus ojos en menos de pocos segundos. Empezó a caer en medio de la oscuridad y lo único que logro ver en medio de toda esa negra fue una luz blanca, una luz que cada vez se hacia mas grande
....
-¡Hinata! -la voz de Kiba, preocupada, la hizo abrir los ojos- Menos mal, parecía que no querías despertar -se reía Kiba
-¿Kiba-kun? -se extraño de verlo de repente delante de ella, con heridas en todo su rostro- ¿Donde estamos?
Al lado de Kiba se puso Shino, su otro compañero de equipo, ambos la ayudaron a salir de lo que parecía ser un capullo de plantas. Una vez fuera observo a su alrededor, estaba en medio de lo que había sido un campo de batalla, estaba en el campo en donde se había llevado acabo la cuarta guerra ninja ¿Que hacia allí?
-Por suerte Naruto logro sacarnos de ese genjutsu -suspiro Shino aliviado
-¿Gen-jutsu? -le pregunto Hinata mareada y mas confundida que nunca
-¿No lo recuerdas? -se extraño Kiba- Nos atraparon en un genjutsu mientras extraían nuestro chakra, un genjutsu que nos mostraba lo que mas deseábamos ¿En serio, que te sucede?
Hinata se llevo una mano a la cabeza, mareada y triste al saber la realidad. Aquellos niños que eran sus hijos, la casa en donde vivía y su feliz matrimonio con Naruto-kun, nada fue real, todos fue un genjutsu en el que la había mantenido prisionera, una feliz prisionera y ahora había despertado y todo eso se había esfumado
-No es mas que un sueño -pensaba ella entristecida
-¡Miren! -grito un hombre a toda voz- ¡Hay viene Naruto!
Y por el horizonte apareció el rubio, sin un brazo y con todo su equipo caminando a su lado, el rubio se apoyaba en su compañera Sakura mientras esta empleaba un jutsu de curación para que cicatrizara su herido brazo aun sangrante. El rubio miraba a su compañera con atención como si esperara algo de ella
-¡Naruto eres nuestro héroe! -gritaron todos al mismo tiempo menos Hinata- ¡Eres genial!
Naruto sonrió, su típica sonrisa, y agradeció a todos sus palabras aduladoras. Hinata quería llorar, veía como Naruto no se alejaba de Sakura y como se sonreían estos dos, como si supieran algo del otro y no pudieran esperar mas para decírselo
-Se quieren confesar -pensaba Hinata al ver como la mirada de ambos brillaba mas al verse mutuamente- Es hora de despertarFin
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