El viaje del amor después del desamor.

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Es difícil aceptar que una persona se aleja de tu vida. Entonces, la vida se detiene y no sabes qué hacer, pero yo logré aceptarlo y quererme más a mí misma.

Hace un tiempo tuve una relación, en la cual muchos me decían: "Ese chico no es el indicado." Pero estaba tan ilusionada con su manera de tratarme que no presté atención a esos comentarios.

Pasaba el tiempo. Él y yo jugábamos bajo la lluvia, nos abrazábamos, nos reíamos de las locuras que hacíamos. Me llevó a su casa a conocer a su familia, luego lo llevé yo a la mía, y todo iba bien. Tantas cosas bonitas pasaron.

En algún momento, cometí el error de dejar que siempre tuviera la razón, de hacer como si nunca se equivocara con sus acciones, y de perdonarle tan rápido lo malo que hacía. Pero llegó a un punto en el que decidí decirle que había cosas que no me gustaban y que quería mejorar en la relación, pero él no me escuchaba.

Un día, se me escapó una palabra hiriente hacia él. Me disculpé y pedí perdón por la palabra que dije. No logré darme a entender bien y él no escuchó. Me esforcé mucho por conseguir su disculpa, y lo logré.

Después de eso, volvimos a reír y disfrutar cada momento juntos por un tiempo, hasta que él cambió por completo. Ya no era cariñoso, me ignoraba, no me saludaba, y ahí me di cuenta de que me ignoraba a mí, pero a otra chica sí la saludaba.

Ese día que habló con la chica, le pedí que tomara un poco de distancia con ella porque ella no lo veía como un amigo, pero me ignoró.

Con el tiempo, él seguía hablando con ella y yo solo lo miraba. Luego le dije que eso me dolía y que no me gustaba su actitud con ella, pero también me ignoró.

Después, él me escribió y dijo: "Ya no siento lo mismo; mejor quedemos como amigos." Yo estaba tratando de entender qué pasó, y lo entendí. Solo le respondí: "Bueno."

No volví a escribirle, pero vi que él y la chica se habían puesto la misma descripción. No pasó ni un día, y todo lo que estaba pasando me caía como agua fría. Sentir dolor y no saber cómo pararlo era lo más feo que podía sentir.

Con el tiempo, vi cómo ellos hablaban en persona, pero no podía hacer más que mirar y sentirme mal. A la semana, él volvió a buscarme, y yo pensé que había cambiado o que todo fue solo una confusión.

Pero me equivoqué. Volvió a alejarse, y desde ahí no volví a saber más de él hasta, más o menos, tres semanas después. Él volvió a buscarme, y yo estaba tan ilusionada que no pensaba en nada más. Hablamos, pero él no quitaba la descripción compartida.

Luego, me enteré de que ellos ya tenían una relación, pero él seguía ilusionándome. Él desconfiaba de ella, y yo me cansé de estar en su jueguito. Así que hablé y le pregunté: "¿Qué pasa si ella se entera de que hablo contigo?" Y él dijo que no sabía. Le respondí: "Me voy a alejar de ti por respeto a ella," y, en conclusión, me rogó que no me fuera, que él se alejaría de ella para volver conmigo.

Lo acepté, pero no me quedé con los brazos cruzados. Fui y le conté a la chica la verdad para que ella no saliera lastimada. Ella me creyó y le contó lo que él había hablado de mí. Me enteré de que dijo cosas malas de mí que no eran verdad. Ella habló con él, pero creo que él le mintió.

Al final, él se enteró de que yo le conté a ella la verdad, y me odió. Pensé que nunca más volvería a aparecer en mi vida. Cuando...

Amar Sin Perderme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora