Giré mi cabeza, y ahí estaba el, Dani.
Dani: Hola preciosa.
Yo: ¿Que quieres? - Le Respondí con seriedad.
Dani: Estar contigo. Ya sabes... - Dijo mientras alzaba las cejas.
Yo: ¿Alguna vez te han dicho que eres subnormal?
Dani: Mientras me lo digas tu... Me da igual.
Que te den - Dije.
Me di la vuelta dispuesta a librarme de el. Había bebido demasiado. El alcohol me estaba afectando. Todo daba vueltas y no conseguía ver nada con claridad. Estaba mareada, tenía ganas de vomitar.
Salí de aquella casa y me senté en el bordillo de la acera.
Las náuseas se apoderaron de mi. Alguien me sostuvo el pelo, con delicadeza.
Vomita. - Me dijo mientras me acariciaba la cabeza y agarraba delicadamente mi pelo.
Vomité. Empecé a sentirme mejor, aunque seguía sin ver todo con claridad.
¿Estas mejor? - Preguntó.
Algo mejor. - Respondí.
Cogió mi brazo y me llevó dentro, me sentó en el sillón y me dio agua para beber.
Toma. - Dijo mientras me estiraba brazo.
Cogí la botella y bebí.
Yo: Gracias emm... No se muy bien quien eres.
Dani: Soy yo... El cabrón que dices.
Yo: ¿Dani?
Si - Asintió -
Yo: ¿Por que me ayudas? Recordaba que fueses de otra manera.
Dani: Me importas, aunque no lo creas. No me conoces aún.
Te llevaré a casa. - Estiró su largo y musculado brazo para que le cogiese la mano y así ayudar a levantarme -.