Wings [Hawks: Takami Keigo]

2 - En su interior

—Aurora

El rubio miro confuso a su compañera, arqueo una ceja intentando entender porqué comentó aquello.

—¿Qué?

—Es el nombre de héroe de esa mujer que te hablo —Aclaro mientras suspiraba.

—Lindo nombre, creí que seria más, no se —Murmuró pensativo.

—Más creativo; eso quieres decir —Cerro los ojos cansada—, ella no quería pensar mucho en ello. Pero la verdad me sorprende que hayas captado su atención, ¿Sabes qué no suele hacer equipos?, siempre evita trabajar con otros

Este observo con indiferencia y calma, recordando aquel momento de atrevimiento por parte de ella.

—Pues, fue atrevida —sonrío levemente—, ¿a ti te interesa, Mirko?

—No —negó con rapidez, pero a los segundos suspiro rendida y lo miro desesperada—, ¡bueno si!, es que, no se, quiero ser su compañera, pero es tan distante. Cada vez que le digo para caminar o patrullar termina diciendo que la espera su gato en casa: ¡No me molestan los gatos!, ¿¡tan difícil es ser su amiga!?

Soltó una risita ante la desesperación de ella, jamás vio tanto interés en ser amiga de alguien, de hecho, hasta pensó en qué tiene esa chica para dejarla tan emocionada.

—¿Y porqué te interesa?

—Bueno. Somos parecidas —Levantó el pulgar sonriendo,  nada de otro mundo—, parecemos hermanas y mírala, podría ser la dama de honor en su futura boda —movio las cejas arriba y abajo refiriéndose a él—, sé que te puso el ojo.

Negó pero Mirko no dejo de molestarlo ante esa posibilidad que él cree improbable, ¿enserió le ve cara de tener algo serio?, no estaba interesado a pesar de que le gusto ese atrevimiento por parte de Aurora.

A lo lejos podía observar cada escena sin molestias, tranquila desde el edificio, pero su mirada yacía pérdida.

—¿Qué se sentiría tocar sus alas? —murmuró aburrida moviendo su dedo índice—, ¿serán suaves?

Suspiro con un leve gemido de frustración, pero a los segundos sonrío como tonta enamorada.

—Pero es tan lindo

Río levemente haciendo la figura de un pequeño pájaro con su aura rosa. Observando aquel animal rosa que ella misma creo.

—No se si sea hambre, pero siento cositas en mi estómago —murmuró pensativa haciendo desaparecer su leve creación—, necesito consejos

Y solo podía pensar en las personas más cercanas, aunque poco cree que ayudarán, aún así es una excusa para verlos.

<Espero que ese anciano no esté en casa>

Apretó los puños emocionada y en ese momento una molesta voz llegó a sus oídos.

—¡Aurora! ¡Hermana!

Rápidamente miro sobre su hombro encontrándose con la mujer conejo saltando de techo en techo sonriente y levantando la mano.
Cerro los ojos frustrada dejando caer su cuerpo para saltar cada vez más bajo.

—¡Espera! —Exclamo levantando su puño—, tenemos la misma sangre, lo sé, ¡Hermana!

No recuerda cuándo fue que esa mujer de la nada comenzó a seguirla queriendo ser alguien cercana, emocionada; invitando cada vez que puede a ir de compras o comer.
Si, ambas sin albinas, morenas, pero es casualidad, aún así es tan intensa.

<Debería aceptar ser su amiga... luego>

Hizo una sonrisa y escapó.