En la esquina menos transitada de Campo de Marte, un trío de músicos callejeros intentaba hacer historia una vez más. Daarick, el guitarrista y vocalista por descarte, afinaba con aires de estrella en decadencia. Sus acordes siempre empezaban bien y era capaz de mantener el ritmo a pesar de los cambios de rasgueo. Es más, podía decirse que era bueno tocando acordes y no tan malo soleando. No, ese no era el problema. Sus manos estaban bien, pero su voz.
-When yu jir bifor...
Daarick tenía el corte de So Yi-jung y el porte de un guitarrista de rock británico... al menos hasta que abría la boca. Pero para él, eso era secundario. "Ya qué chucha", solía repetir para armarse de valor.
A su lado, Anthony sonreía seductoramente. Vestía una camisa blanca abierta y una chaqueta de cuero, dejando ver sus exuberantes pectorales. Usualmente se acercaba al público, pero la canción no se prestaba para ello, así que fingía cantar sincronizando sus labios con los coros mientras cargaba un micrófono que parecía de juguete y para colmo, no funcionaba. Su tercer miembro probablemente lo había recogido de la basura.
Anthony no sabía ni lo más mínimo de música, pero su papel en la banda era verse bien y atraer al público femenino. Y naturalmente, las atraía, aunque no por mucho tiempo. Su reputación de rompecorazones estaba bien merecida.
Y luego estaba el percusionista Glogloking, quien prefería ser solo llamado Gloglo. Su verdadera historia era un misterio que nadie del grupo se atrevía a indagar. Daarick y Anthony lo habían encontrado una noche tocando en una de las calles arequipeñas afuera de un burdel. Su "batería" era una serie de latas, ollas y sartenes que había robado de las cocinas locales y sus baquetas las había hecho él mismo de las ramas de un viejo árbol.
Gloglo amaba vivir el momento y no era precisamente alguien que hablara mucho. Pero cuando tocaba sus improvisados ritmos, algo en él se transformaba. De hecho, era el que más interactuaba con el público. Aunque ahora ya no usaba ramas sino cucharones.
Aquella tarde, los tres estaban dando un espectáculo más caótico que de costumbre. Se trataba de una versión desafinada de Creep. Cuando llegaron al clímax, Daarick apenas si se movía, mientras aporreaba el Sol mayor y lanzaba un falsete que los espectadores parecían tolerar más por morbo que por gusto. De manera opuesta, Anthony se retorcía en el suelo, intentando captar la atención de cualquier transeúnte con una serie de movimientos que él llamaba "la presencia". Y Gloglo se perdía en un solo improvisado que a ratos sonaba como música y a ratos, como cacerolazo.
Fue entonces que Anthony se detuvo de golpe.
—Chicos, chicos, creo que lo tenemos —murmuró emocionado señalando frente suyo— miren a ese webón.
Entre la pequeña multitud, Daarick vio un hombre en traje oscuro y gafas de sol que caminaba hacia ellos mientras aplaudía de una manera que no dejaba claro si estaba admirado o insatisfecho por lo que veía. Anthony se acercó al hombre y le ofreció el sombrero de las monedas, pero este siguió caminando, pasó al lado de Daarick y se detuvo frente a Gloglo.
—Tienes talento — dijo el hombre.
Gloglo soltó las baquetas por instinto y al verlo, quedó petrificado. Daarick y Anthony también aunque por motivos diferentes. Daarick estaba desconcertado y Anthony, emocionado. El hombre tenía una aura o presencia muy fuerte e intimidante. La multitud alrededor comenzó a dispersarse y cuando por fin hubo silencio, el hombre sacó un sobre negro con letras doradas de su bolsillo y lo dejó caer en el sombrero de las monedas.
Tuvo que pasar un minuto y que el hombre se hubiera ido para que el trío finalmente se decidiera a hacer algo. Anthony lo agarró.
—A ver —dijo, sin ocultar su entusiasmo.
Gloglo no dejaba de mirar al suelo y Daarick miraba al sobre como si fuera una bomba. Anthony abrió lo abrió y leyó en voz alta, tratando de que suene como un mensaje a la nación.
—A la atención de Daarick, Anthony y Glogloking. Se les invita a un evento privado. La presencia de ustedes tres es obligatoria. Firma: KICK.
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Proyecto Palanca
Teen FictionDaarick, Anthony y Gloglo, tres músicos callejeros que sueñan con la fama, tocan versiones desastrosas de clásicos en una esquina de la ciudad hasta que reciben una invitación de KICK, la mafia local que controla el entretenimiento. Para Daarick y A...