蒙 ◦🔰 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐓𝐑𝐎𝐅𝐄𝐎 || 𝑷𝒆𝒓𝒔𝒊𝒆𝒏𝒔 +𝟏𝟖 [EN CURSO]

蒙 ◦🔰 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎2 || 𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒑𝒓𝒊𝒎𝒊𝒅𝒐𝒔

Quiero arruinar nuestra amistad
(I wanna ruin our friendship)
Mejor deberíamos ser amantes
(We should be lovers instead)
no sé cómo decirte esto
(I don't know how to say this)
Porque realmente eres mi mejor amigo
(Cause you're really my dearest friend)

Jenny - Studio Killers

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎2
Sentimientos reprimidos

—Ah, qué delicia... —Meliodas dejó escapar un suspiro satisfecho, relamiéndose los labios después de darle el último sorbo a la botella de Glenfiddich—. Que bien se siente poder beber después de ocho largos meses de rehabilitación.

Con un gesto despreocupado, llevó la botella vacía hacía sus labios una vez más, asegurándose de que no quedara ni una sola gota de licor. Al no hallar nada, la dejó caer sobre la mesa con un golpe seco que rompió brevemente el silencio del lugar. Luego, se acomodó en el sillón, estirándose con la despreocupación de un pequeño gatito disfrutando de una tarde tranquila.

La sirvienta, que había estado vigilándolo desde un rincón de la sala, sintió cómo el aliento se le quedaba atorado en la garganta al ver la botella completamente vacía. ¿Cómo habían llegado hasta este punto? El Glenfiddich no era cualquier botella, y mucho menos una que el rubio debía tocar en primer lugar. Su patrón había sido muy claro con los protocolos: ninguna bebida alcohólica debía ser ofrecida a las visitas. Además, esa botella en particular era una de las más caras, y ni siquiera se había abierto cuando Meliodas la tomó sin permiso.

—Se... se lo tomó todo... —pensó Peronia en un estado de shock, mientras lo veía recostarse en el sillón con una leve sonrisa, claramente disfrutando del calor que el whisky le había dejado en la garganta y el pecho—. El Señor Zeldris va a matarme... —murmuró para sí misma, llevándose una mano a la frente, llena de preocupación.

Antes de que la sirvienta pudiera decirle algo, Meliodas intentó levantarse del sillón, pero la tarea resultó mucho más complicada de lo que había imaginado. Su equilibrio era un completo desastre. Se tambaleaba de un lado a otro, cómo si estuviera sobre la cubierta de un barco en plena tormenta, y mientras buscaba mantenerse en pie, se apoyaba torpemente en los muebles, aferrándose a todo lo que encontraba para evitar acabar en el suelo.

No era para menos que estuviera tan mareado. El Glenfiddich no era un licor cualquiera; además de ser muy caro, era extremadamente fuerte y no se recomendaba tomarlo en exceso. Normalmente se disfruta en pequeñas cantidades, solo un trago a la vez. Sin embargo, después de tantos meses de rehabilitación, Meliodas apenas podía tolerar una bebida tan fuerte, y ahora, después de haberse tomado la botella entera, era evidente que iba a emborracharse demasiado rápido.

—¿S-Se encuentra bien, señor? —preguntó la sirvienta, acercándose lentamente.

Él soltó una pequeña risa y agitó la mano cómo si todo estuviera perfectamente bajo control.