Capitulo 1

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Izuku Midorya de 30 años, un omega dominante de la más alta alcurnia, estaba en la búsqueda de su alma gemela.

Izuku era lo que muchos llamaban "Un esposo trofeo" un omega hermoso con rasgos delicados, figura de ensueño, provenía no solo de una familia adinerada sino también aristócrata, cualquiera que llegara a ser su pareja tendría que ser de su misma categoría o mucho mejor.

Siempre se le veía en fiestas rodeado de alfas, betas y omegas. Su aroma era encantador, que cualquiera que lo oliera quedaba hipnotizado por sus feromonas.

Ese día no era distinto a los otros, tomaba del vino más caro mientras conversaba con unos alfas que se creían con la oportunidad de llegar a tener algo con él. 

-Dime Midoriya san, ¿son ciertos los rumores? - preguntó uno de los jóvenes alfas. 

-¿Que rumores? - devolvía la pregunta mientras veía de su vino para luego colocar sus labios en la copa ante la atenta mirada de todos. 

-Los que dicen que estás buscando esposo. - comento esta vez otro alfa, tal vez de su misma edad. 

-¿Yo? Buscando esposo ja, ja, ja y perderme de la diversión, es más que obvio que no - dijo con calma, la verdad era que Izuku si estaba buscando un esposo, le había pedido a su secretaria que buscara alfas que llegaran a llamarle la atención, incluso si fuera tal difícil encontrar uno podría llegar a escoger un beta, eso está solo si llegaba a desesperarse de no encontrar a nadie. Pero de lo que estaba seguro es que no sería ninguno de los presentes, sabía perfectamente lo que querían y eso era su dinero y estatus.

Realmente la búsqueda no estaba yendo también, como creyó, ya que se dio cuenta de que él era muy quisquilloso a la hora de buscar una pareja, pero, por otra parte, sabía que así tenía que ser, no iba a pasar el resto de su vida con un perfecto idiota. 

-¿Es que acaso eres un estúpido? - escucharon todos los invitados notando como un alfa le gritaba a un camarero.

—-Lo lamento mucho —dijo el joven camarero, el cual se acuclilló para levantar los vidrios.

-¿Qué lo lamentas? ¿Tienes idea de cuánto cuesta este traje? Obviamente que no, tú jamás podrías ni siquiera llegar a tener algo así. - Hablaba el alfa con burla al pobre camarero que había soltado un quejido por haberse hecho un corte en su mano. - Estúpido. – insulto el alfa con diversión al ver al pobre joven sangrar.

Izuku dejo su copa en un lado para caminar hasta donde estaba la multitud. 

-¿Desde cuándo te gusta armar tanto alboroto Kirishima? - pregunto el pecoso apiadándose un poco del joven que aún seguía en el suelo intentando recoger los vidrios.

-Midoriya san - saludó el pelirrojo cambiando su rostro de disgusto a una sonrisa por haber obtenido la atención del omega — no quería armar un alboroto — aclaro. "Si hubiera sabido que así llamaría su atención hacer ratos que hubiera hecho esto", pensó alegre. - pero este estúpido estropeó mi ropa, lo compré la semana pasada en un viaje a París. - fanfarroneo frente al pecoso, que lo único que hizo fue ignorarlo para ver al joven de cabello cenizo agachado.

Izuku se acuclilló junto a él tomando su mano, mientras sacaba su pañuelo para envolver la mano lastimada del joven, al levantar la mirada pudo ver por fin el rostro del camarero para quedar anonadado por sus bellos ojos rubís, jamás en su vida había visto unos ojos tan bellos y con un rostro tan atractivo.

El cenizo observó al peliverde preguntándose por qué lo estaba ayudando a él si solo era un simple camarero, pero al final eso no importaba, no cuando podía ver a su jefe llegando con un rostro sombrío.

-Gracias - agradeció en voz baja, poniéndose de pie.

-Lamento mucho los inconvenientes que mi personal les haya causado - dijo el mayor inclinándose frente al pelirrojo y peliverde, Izuku estaba apuntó de decir que no era nada, pero tal parecía que Kirishima no se quedaría callado.

-Con una disculpa no será suficiente.

El mayor se levantó solo para sujetar del cabello al cenizo y bajar su cabeza frente a ellos dos. Eso por alguna extraña razón, molesta mucho al pecoso. - Lo lamento muchísimo, créame que esto no se quedará así. —dijo para luego soltar al camarero—, lo despediré en este instante.

Al decir eso, el cenizo se soltó de su agarre para ver al mayor. - Pero seño...

-Eso no será necesario - Intervino el pecoso al ver el rostro afligido del menor.

El cenizo soltó un suspiro para luego ver a su jefe, el cual sonreía tensamente.

-Muchas gracias Midoriya -san es usted una muy buena persona. - dijo el mayor inclinándose de nuevo junto al cenizo. - Tu limpia esto ahora. – le ordeno con un gruñido.

-SI seño. – dijo inclinándose de nuevo frente al pecoso y el otro alfa. 

Kirishima aunque no quería que las cosas terminaron así, ya no pudo decir nada más ya que lo que menos quería era llevarle la contraria al omega. 

Izuku veía al joven camarero con intriga, no sabía porque lo había ayudado, pero al hacerlo se había sentido feliz.

Se dio la vuelta regresando a donde había estado antes, pero en toda la velada se la paso observando al joven camarero.

Al día siguiente llegó a su oficina donde fue recibido por su personal.

-¿Qué tal estuvo tu noche? - le pregunto Ochako su asistente.

-Bien - dijo escuetamente, viendo hacia la ventana.

-¿Bien? ¿Solo bien? - pregunto arqueando su ceja. - Supe que esta vez no llevaste a nadie a tu casa. No encontraste ningún buen prospecto - hablo dejando unos documento en su mesa.

Izuku ni se inmutó por el comentario. Era bien, sabía que le gustaba tener a alguien que calentara su cama, no dé por gusto, era un omega dominante. Tenía que conocer bien a su pareja hasta en la cama, ya que no planeaba ser infiel. 

-Quiero que investigues a alguien - la castaña lo observó con su libreta en mano esperando el nombre de su futuro trabajo. - No sé su nombre, solo sé que es un camarero que se encontraba en la fiesta de anoche.

Ochako frunció el ceño, ya que no esperaba que se tratara de un camarero, pero trabajo es trabajo. - ¿Cómo es él?

-Es de... Cabello cenizo, un poco más alto que yo o tal vez no. Su complexión es de alguien fuerte, con un poco de músculos, pero delgado, tiene una cintura pequeña, sus ojos son... Son rojos, de un rojo muy intenso. - describía a la persona perdida en sus recuerdos. La castaña conforme escuchaba al peliverde se sentía más intrigada por saber de quién se trataba, ya que podía notar el interés de su jefe así él.

-OK, haré lo que pueda - dijo dándose la vuelta dejando a un pecoso perdido en sus pensamientos.

A Ochako le había tomado dos días conseguir la información del joven camarero.

-¿Lo conseguiste? – preguntó muy entusiasmado el pecoso de por fin saber el nombre de ese chico.

-Por supuesto, ¿Por quién me tomas? – hablo feliz de haber cumplido con su trabajo. -pero no creo que te guste lo que averigüe de él.

-¿Tan malo es? – preguntó con más intriga. 

-Malo, malo de lo que se diga "Oh qué malo" pues no. – Aclaro, aunque de igual manera a Izuku no le gusto. 

-Dame la carpeta.

La castaña le entregó su investigación a su jefe, el cual se la arrebató.

¿Esto es en serio? - preguntó cerrando la carpeta, dejándola a un lado. Estaba enojado, triste y frustrado, no entendía por qué rayos se sentía así y solo porque se enteró de la vida de otra persona. Se levantó de su asiento pellizcando el puente de su nariz, y sentía que la cabeza le estaba doliendo un poco.

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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