Capítulo 1: ¿Te caíste de pequeño?

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Desde el primer día que piso aquel colegio fue popular.

Y no era para menos, siendo el hijo de un empresario multimillonario y una modelo super famosa, fue inevitable llamar la atención de todos en el colegio con su simple presencia.

Y aunque crea que su popularidad viene por parte de su familia influyente, la verdad es que su cabello rubio ondulado, ojos azules como el cielo, piel pálida y esa cálida sonrisa que solía mostrar llego a conquistar varios corazones.

Así que ahora era popular, uno de los dos chicos más populares.

Antes de llegar ya habían varios populares que dejaron de serlo con su presencia, pero uno seguía conservandolo. Y para bien o para mal, esa persona no le caía a Sebastián.

Tal vez por su actitud egocéntrica, altanera y su coqueteo barato o que siempre que se topaban empezaba a presumir sus "logros" en ese colegio, tratando de hacerle menos.

No lo soportaba.

Y eso lo sabía todo el colegio.

No le molestaba que supieran que se llevan mal, lo que sí, era que prácticamente todo el colegio estaba dividido a la mitad para apoyar a cada uno.

—¿Ya escuchate? — Logró escuchar a un costado de los pasillos del colegio.

Desde hace rato que ve a varios estudiantes murmurando mucho cada que pasa.

Esto le mantiene alerta, aunque siempre este en la mira de los demás. Los murmullos podrían significabar solo una cosa:

Rumores.

Y a él nunca le gusto ser el centro de los rumores del día.

Ya paso el primer día que convivió con el otro popular y cuando supuestamente estaba en una relación con una chica que al igual que él, era nueva.

Aunque los rumores naturalmente se dispersaban a segunda semana, en este colegio hablaban sobre ellos por más de un mes, como sino tuvieran nada más que hacer que meterse en la vida de los demás.

—¿Qué crees que digan?— Le preguntó uno de sus dos amigos que siempre le acompañaban en el colegio.

—No lo sé — No lo vio a la cara, prefería seguir viendo adelante para tratar de descifrar porque el día de hoy todo el colegio estaba murmullando.

Justo cuando estaba por cruzar una esquina en el pasillo, escucho un fuerte grito:

—¡Ya esta aquí!

Se detuvo antes de doblar esquina.

Se estaba preparando mentalmente para lo que sea que le espera al otro lado.

Pensó en todo, el otro chico fue tan infantil que pinto su casillero, alguien le vio con otra chica y le dijo a todos que estaba en una relación o la última que fue casi el pan de cada día el año pasado:

Alguien se le iba a confesar.

El primer año que llego tuvo que rechazar a varias chicas, no le gustaba ver sus caras de decepción, pero no podía ilusionarlas y menos cuando él no quería una relación.

Así que eso era lo más probable, pero lo raro aquí es que nunca antes de una confesión había tantos estudiantes hablando.

Las chicas preferían hacerlo a escondidas de todos, para evitar luego ser el centro de atención si les rechazaban.

Así que tal vez era la segunda opción.

Luego de soltar un suspiro doblo la esquina y lo que vio delante suyo no era para nada lo que se esperaba.

Los populares están saliendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora