One-Shots HyunLix Y MinSung

HyunLix - Una Noche en el Faro

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Amaba vivir ahí, ver la costa cada que era coloreada por los atardeceres y sentir la brisa marina sobre su rostro. Desde niño solía ir cada tarde, solo con su libreta y un lápiz para ponerse a escribir historias hasta que la luz del día se lo permitía.

Con paso de los años cambió la libreta y el lápiz por una computadora. Y las historias infantiles se convirtieron en novelas extensas que eran publicadas y repartidas por varias partes del mundo.

Sin duda alguna muchas cosas habían cambiado desde que era un pequeño, pero su amor por la costa y la inspiración que en ella encontraba, era algo que perduraba aun con el pasar de los años.

Su lugar favorito de inspiración era el faro que servía como guía a los muchos barcos mercantes y turísticos. Había pasado muchas tardes y noches escribiendo dentro de él, su más aclamada novela había sido escrita en ese lugar al cual le tenía especial aprecio. 

Por tal afecto fue que la noticia de que sería demolido causo estragos en su corazón. Trayendo a su memoría recuerdos preciados que avivaron la nostalgia de todo lo que ahí había vivido.

La demolición sería pronto, más de lo que le gustaría por eso pensó que sería buena idea el darle un último adiós. Planeaba pasar la noche ahí y tal vez, con algo de suerte, lograría tener la inspiración para su siguiente novela.

Con eso en mente tomó una mochila la llena con provisiones, un colchón inflable y algunas mantas, echó su vieja libreta de notas, unos cuantos lapiceros y emprendió camino hasta el lugar. Llegó a la costa cuando el sol estaba por ocultarse por lo que se dió algo de prisa para llegar al faro antes de que estuviera totalmente oscuro.

Apenas llegó a la base del faro, la nostalgia lo invadió, una sonrisa melancólica adornó su rostro y con un buen presentimiento en el pecho, abrió la vieja puerta de metal para ingresar al lugar.

Una vez adentro encendió la lámpara que llevaba y buscó el cuarto de control, dudaba que siguiera funcionando dado que era viejo y por algo estaban por demolerlo. Aún así no perdía nada intentando por lo que subió el primer tramo de escaleras hasta que llegó al lugar donde se controlaba todo el faro.

Años atrás, el encargo, un viejo hombre que había sido marino, le había enseñado como operar el faro. Desde sus funciones hasta como arreglarlo cuando llegaba a fallar, habían sido buenos tiempos en los que aquel hombre había compartido con él múltiples historias de altamar. Muchas de ellas le sirvieron de inspiracion para sus personajes o acontecimientos de sus libros, era una lastima que aquel viejo ya no estuviera con vida.

Recordando esos tiempos y algunas de esas historias, fue que comenzó a mover los interruptores, tratando de hacerlo funcionar o de por lo menos obtener algo de energía para encender las luces de la torre.

—No sirven —una voz desde lo alto del siguiente tramo de las escaleras lo sobresaltó —. Ya lo intente.

Hyunjin saltó del susto, dejándo caer la lámpara, causando un estruendo que hizo eco en el lugar.

—¡Mierda! —Se tocó el pecho y trató de volver a respirar con normalidad —. Por poco me matas del susto.

—Lo siento, no fue mi intención.

—¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? —Se agachó a recoger su linterna.

—¿Ya no me reconoces, Jinnie?

Extrañado por el apodo, apuntó la luz hacia el rostro de quien le hablaba. Unos escalones por encima de él, descubrió a un chico rubio, vestido con unos simples jeans claros, una sudadera gris y un gorrito de lana rayado en blanco y negro.