Prólogo

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Empecé a bajar las escaleras con cuidado de no despertar a nadie.

Tomé mi bolso y salí corriendo como una gacela del comedor.

De pronto escuché el sonido de la tele.

Mierda.

Maldecí, pero eso no me detendría. Me asomé por la puerta y ahí se hallaba mi padre dormido, y en la tele estaba Juego de Tronos.

Sonreí y caminé de puntillas, cuando por fin llegué a la puerta, solté un suspiro. Volteé, esperando no ver nada, y ¡pum! Ahí estaba Harris, mirando con una sonrisa traviesa.

-Solo serán $20, hermanita -susurró Harris.

-Tonto -grité susurrando mientras sacaba mi cartera.

Le di el billete de veinte dólares y cuando estaba dispuesta a dar media vuelta, escuché un carraspeo.

-A cada uno, claro.

Saqué tres billetes de 100 dólares y les di la cartera-. ¡Hagan lo que les dé la jodida gana!

-Gracias, Mer -susurraron los tres al mismo tiempo.

-Muéranse -musité y salí.

Una vez afuera, suspiré.

-¡Oye, preciosa! -oí el susurro/grito de Jack-. ¡Mueve tu gran culo a mi auto!

Frost, hijo de puta, deja mi trasero en paz. Morboso retardado.

Camino al auto rojo del peliblanco.

-¿No que venía Punz?

-Nou -dijo- me mando a buscarte.

Esta muerta, Corona.

Me subí al auto de mi mejor amigo y me puse los tacones.

Cuando alcé el rostro, me tomó la cara y me besó.

-Hola, Mer.

-Hola, estúpido.

A ver, es solo un besito, no tiene nada de malo.

Llegamos a la casa de Jonathan, su plan para caerle a Mavis, ¡ya debería saber como es Mavis!

-¡Ya llegaron los reyes de la fiesta! -dijo Jack a lo que entramos él y yo.

Todo el mundo soltó un grito y yo me reí.

-Ya sabes, todo se vale hoy -le dije.

-Lo que pasa aquí -objetó él.

-No se comenta mañana -completé.

Caminé por toda la casa saludando gente, mientras, buscaba la cabellera rubia de Rapunzel.

En cambio, encontré la cabellera de Elsa. Agité la mano y ella me vio, sonrió y me llamó hacia el grupo donde se encontraba.

Estaban Elsa, Flynn, Anna, Kristoff, Astrid y Eret.

-¡Mer! -chilló mi platinada amiga-. Casi no vienes.

-Bah, la pesadilla triple estaba cobrando peaje -dije refiriéndome a los trillizos.

-Tus hermanos son los amos de todo -comentó Kristoff.

-Dáselos -dijo Astrid burlona y yo me reí.

-¿Cerveza? -dijo Flynn.

-¿En serio lo estás preguntando?

Flynn se rió y me tendió una cerveza.

* *

No recuerdo cuantas cervezas llevo ya.

Jack se acerca a mí y me toma de la cintura apegándome a él.

-Vamos a bailar -dice contra mi oído.

Caminamos hasta la pista de baile y empezamos a bailar.

* *

Me siento en la barra, estoy algo sudada, pero no pierdo el encanto.

La cabeza me da vueltas.

Levanto la vista y veo a Jack besando a Tooth.

Cabrón, cabrón, cabrón.

Tomo a la persona que está a mi lado del cuello y la beso.

Diablos, espero que no sea una mujer.

-Mérida -escucho su voz un poco molesta.

Me separo de la persona y la veo.

Ah, verga, es el mango chupado de Dinwall.

-¿Qué, corazoncito? -digo graciosa.

-Ya nos vamos.

-Ella no va a ningún lado -dice Dinwall.

-Apartate, enano -dice Frost empujándolo y cargándome al estilo princesa.

-Celoso.

-No estoy celoso -dice soltándome.

-Lo que digas.

Me subo al carro.

Demonios, espero que ésos tres hayan cumplido el trato.

-¿Chicos? -digo cuando tomo el celular.

-Son las tres, ¿qué demonios te sucede?

-¡¿Cumpliste el trato?! -le grito a Hubert.

-Claro, zonza. ¿O qué crees? ¿Que Hamish está acostado en tu cama con una peluca roja porque quiere ser mujer?

-Vale, ya voy para allá.

-¿Sabes trepar una soga?

-Sí, en la Junior High School había que hacerlo.

-Excelente, mi pequeño saltamontes, la ventana de mi cuarto -dijo y colgó.

-Vaya, tus hermanos son la trampa.

-Te lo dije.


Guerra de ¡¿celos?! [Jarida]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora