Revil ganó, nuestros héroes no pudieron vencerlo en la pelea final. Mientras todos esperaban con temor la destrucción de su universo se sorprendieron al darse cuenta que volvieron al día número 1 de dedsafio.
Todos estaban confundidos y conversaban...
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¿Porque?
¿Porque todo esto me pasa a mi?
¿Que hice mal?
Siempre fui bueno con todos, fui amable y siempre cuide a los que me rodean.
¿Me merezco esto?
Abrí mis ojos y mire a mi alrededor pero no reconocía el lugar, no era donde había despertado la primera vez.
Intente levantarme pero un horrible dolor de cabeza evito que siquiera pudiera despegar mi cabeza de la almohada. Mis manos estaban temblando, mi corazón latía rápidamente y sudaba frío, esto era peor a la primera vez que me levanté.
—Ahg...
Mire hacia la derecha y pude ver a nutria 23 dormida en una silla al lado mío. Recuerdo que estuvo conmigo pero no recuerdo porque ni que sucedió antes de que perdiera la conciencia, solo recuerdo que estaba canjeando mi recompensa para después ver todo negro y a 23 estando a mi lado.
Espere unos segundos a que el dolor cesara y me sente en la cama, está vez al pararme pude ver qué no solo estábamos nosotros 2 si no que todas las nutrias estaban ahí, parce nutria, detective nutriales, bubble, dj nutria, Juan-es nutria (nunca supe cómo se escribe), todos estaban ahí durmiendo en sillas o en el suelo. Algo raro pero supongo que estaban aquí para cuidarme o algo así.
Pensaba levantarme e ir con los chicos ya que suponía que estaban preocupados pero mis planes fueron interrumpidos por un silbatazo el cual casi me deja sordo y a su vez este levanta a todas las nutrias. Al dirigir mi mirada a dónde provenía el ruido pude ver a Eón el cual guardaba su silbato en una de sus bolsas de su short. Todas las nutrias se levantaban aturdidas y confundidas pero al verme despierto se sorprenden.
—Hola jeje, Que hacen todos a...qui?
Antes de poder terminar mi comentario sentí como algo evitaba que me levantara. Pude ver debajo de la sábana que una cadena se aferraba a mi cintura, a mis rodillas, a mis brazos y a mis piernas haciendo que me desconcerte un poco.
Empecé a intentar safarme un poco desesperado pero no podia, con tantas miradas viéndome y amarrado me siento como un loco en un hospital psiquiátrico con una camisa de fuerza intentando escapar.
Eón: Es inútil Aquino, estás cadenas y la cama...por si acaso, están bajo un hechizo que realice con el poco poder que me quedaba para mantenerte quieto. Y perdón por agarrar las que estaban en tu inventario pero esto es por tu bien.
