Las cosas para la mafia más temeraria de Yokohama en las recientes semanas habían sido muy estresantes y complicadas de lidiar. Las pilas de documentos en el escritorio de Mori Ōgai, el jefe de la Port Mafia, alcanzaba una altura de cuarenta centímetros, una altura demasiado espeluznante para él. Ni siquiera había dado un rápido vistazo a los documentos y los había arrimado hacia ambos lados y estampó su rostro en medio de ellos, agotado. Había estado desvelándose por dos días seguidos, apenas teniendo tiempo para jugar con su querida Elise.
El olor del café humeante que desprendía su taza casi llena lo mantenía un poco despierto. No era la primera taza del día. Quizás ya había tomado entre tres o cuatro. — Era más fácil ser un simple doctor mediocre en los barrios bajos... — gruñó con los dientes apretados, martirizado por las decisiones que tomó en el pasado.
La puerta de su oficina se abrió con una fuerza inhumana. Sin levantar la cara de la mesa, fingió estar muerto, indiferente a la destrucción de su puerta. Aunque somnoliento, su experiencia como veterano de guerras le permitía mantener sentidos agudos. Percibió que el resonar de pasos provenían de dos personas jóvenes apresuradas.
La primera voz era familiar. — Mori-san, necesitamos hablar con usted — pero la presencia de una energía inusual lo hizo gruñir frustrado.
El tono de voz usado dejaba en claro que era algo serio.
Siguió firme en su asiento, sin sacar la cabeza del montón de papeles esparcidos en toda la mesa. — Nakahara Chuuya-kun, si no es mucha molestia, la próxima vez podrías intentar tocar la puerta y no romperla — respondió, con un toque amargo en la voz.
Si Chuuya estaba en la oficina, la otra presencia que lo acompañaba no debía ser otra más que Dazai Osamu. — Mori-san, es algo muy importante. ¿Podría al menos levantar la cara? — Dazai estaba allí, tal como lo había imaginado.
El jefe no pudo negarse mucho tiempo más. Estaba agotado. Con sus dedos alborotó su cabello antes de enderezarse correctamente en la silla, recuperando así el aura de tiranía que su exudaba; aura que se derrumbó cuando presenció incrédulo lo que tenía delante de sus ojos. Su boca se abrió y no pudo formular ninguna oración por cinco segundos completos. — Nakahara Chuuya-kun, Dazai-kun, ¿por qué se ven tan... tan jóvenes? ¿Los atacó alguien? ¿Por qué Dazai-kun también se vio afectado? —
La expresión indiferente que Chuuya había mantenido se desfiguró y abrió paso a un ceño fruncido y un aura roja lo envolvió de inmediato. Frustrado, apretó el puño y contestó exaltado. — ¡No nos vemos más jóvenes; somos jóvenes! Hace unos minutos, en el puerto de Yokohama, estábamos peleando con un bastardo con jodidas habilidades del tiempo. Una luz de mierda nos envolvió y cuando abrimos los ojos ya no estaba —
Mori escuchó cada palabra y cada insulto de Chuuya. Con más dudas que respuestas, llevó su mano hacia su rostro y apretó el puente de su nariz. La información poco precisa de Chuuya lo inquietaba más. Su mirada viajó desde Chuuya hasta Dazai, quién aún se mantenía sereno pese a la situación. Había criado a Dazai y confiaba en que Dazai sería más certero, por lo que dirigió su atención hacia él. — Dazai-kun, ¿Podrías explicarlo? —
Chuuya gruñó y maldijo enojado por haber sido completamente ignorado y dejado de lado. Pisó el piso, activando inevitablemente su habilidad. Una explosión en la habitación y ahora el suelo tenía un agujero.
Dazai y Mori estaban acostumbrados a la actitud explosiva del enano, así que no le dijeron nada al respecto. Dazai sólo se cruzó de brazos y respondió con calma. — Como mencionó el saco de pulgas, antes de aparecer aquí, nos encontrábamos peleando con un sujeto enmascarado, pero horas antes de que eso ocurriera, estábamos en esta misma habitación con el usted de nuestra línea temporal. Nos informó de un hombre que había robado los laboratorios de la Port Mafia en las últimas semanas. Nuestra misión era eliminarlo. Usted confío en mi habilidad de anular habilidades para evitar ser enviado al futuro o el pasado y en la fuerza bruta de Chuuya para derribarlo. Aún no he descubierto cómo logró pasar por alto mi habilidad y la fuerza de Chuuya. De todas formas, Mori-san, ese tipo está tramando algo —
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Problems In The Future
FanfictionEn un mundo donde las habilidades sobrenaturales son una realidad, Dazai y Chuuya, dos jóvenes mafiosos pertenecientes a la Port Mafia, se enfrentan a un enemigo desconocido: un usuario de habilidades que manipula el tiempo. Durante la batalla, son...