Alondra es una bibliotecaria y universitaria aún a sus 23 años que estudia cada día para mantenerse de pie, desde pequeña ha sido muy buena en sus estudios, sin embargo su mejor amiga Mica es diferente a ella, fiestas, bebida hasta el amanecer, firm...
◼ Aclaro que esto es una adaptación que e escrito con muchos cambios mios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
RAINELIS POV
Lasbuenascosas que yo amaba hacer era asesinar y me emocionaba con cada pequeño detalle.
Ver lo que hacen por diversión es simplemente revelador. Había conocido un nuevo hombre que hace algunos días estuve investigando. Un abogado, era extraño, era un abogado que normalmente después del trabajo iba a casa a golpear a su mujer y a su hijo pequeño. Simplemente un maldito infeliz y escoria andante de la vida, tal vez sólo uno más de los miles que que tenía por matar.
Sólo tenía una pequeña desviación en su horario. Cada semana más o menos, un sábado, se detenía en la biblioteca de la universidad para dejar y recoger un libro. Una novela de suspenso. Siempre eran novelas de suspenso. Crímenes, muertes, suicidios, personas con problemas psicópatas, el hombre al parecer era amante de la literatura con este tipo de etiquetas.
Uh, libros de crímenes y muertes, buh. Los escritores que escribían esos libros no sabía que delicioso se sentía sostener un cuchillo entre tus manos, ese placer de matar, descuartizar sus cuerpo y apuñalarlos para luego despedazar sus cuerpos y meterlos en bolsas negras listos para quedar, con un pequeño camino llegó de sangre, de ver la sangre convertirse en burbujas en sus bocas cuando abría sus bocas y clavaba el cuchillo en su paladar, cortando sus lenguas a la mitad y apuñalando sus desorbitados ojos.
El placer de sus gemidos de dolor era excitante, tan emocionante: ellos hacían que la sombra se desapareciera temporalmente, la ahuyentaban.
Soy más consciente cuando mato a alguien. Mato a aquellos hombres que golpean a sus mujeres en el estómago sin dejar rastros de sus abusos verbales, sin que la sociedad se de cuenta de sus mierdas. En cambio, a mi no me importa dejar marcas, por que los mataré y los quemare, por que nadie verá sus cuerpos, nadie los vera llorar y suplicar, sólo yo podía hacerlo y en cuanto los mate uno por uno no dejaré rastro en ningún lado. Quemare sus almas y absorbere sus espíritus con mis energías.
Subo al segundo piso donde guardan los libros de ficción, subiendo tan lentamente, veré como le haré si incluso está subiendo por encima de mi, sus piernas se mueven como marionetas, rápidas y sigilosamente al igual que las mias.
Si, lo espero hasta su auto y allí lo mató.
Vingo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
