1757.
Pesadas botas cubiertas de lodo caminaban cerca del arroyo, el sonido de sus pisadas era lo único que se percibía. El agua silenciosa, más de lo común corría sin prisa, una joven castaña seguía el camino con pesadez.
En sus manos cargaba una pequeña bolsa de piel, esta contenía unas cuantas monedas de oro que no le durarían mucho, ella sabía que debía encontrar una manera de conseguir más. Sus pasos aún lentos por el cansancio se vieron interrumpidos por un grupo de niños que se perseguían entre sí.
—No me atrapará, ¡soy más rápido!— un pequeño con cabellera larga se movía ágilmente entre las rocas y troncos del bosque, la joven lo miraba curiosa. La energía del niño le resultó envidiable.
Dos niños mas aparecieron detras de el. —Nicky debes parar, no podemos pasar del arroyo!
El nombrado los observó por un momento, decidiendo que ganar era demasiado importante para el.
—Mentiras ustedes solo quieren ganar— Nicky se puso de pie en una roca, dispuesto a saltar.—Te harás daño— advirtió uno. —Dejalo Billy el volverá después.— con el ceño fruncido Billy decidió seguir al otro niño, desapareciendo por dónde habían venido.
La joven seguía de espectadora, mirando de cerca a Nicky quien seguía en la roca debatiendo si brincaba o no, sus amigos ya se habían ido pero el sentía que debía cumplir su palabra. Tomó un paso hacia atrás para tomar impulso, aún calculando el trayecto de su salto.
El pequeño aún no se había percatado de su presencia así que con los mismos pasos lentos y cansados, la joven se acercó a el, tratando de no asustarlo.
En un intento de detenerlo, ella resbaló con el barro, alertando al chico de su presencia —¿Q-quien eres?— preguntó asustado.La chica se puso de pie como pudo, sacudiendo sus ropas rápidamente.
—Agatha, mi nombre es Agatha.—Aprovechando el interés momentáneo logro quedar frente al niño en la roca.—Soy Nicky, tengo que ganar el juego.—informó apuntando al otro lado del agua. —Debo llegar.
Agatha sacudió la cabeza negando. —Ya has ganado, ven conmigo, baja de ahí. —susurró preocupada.
El niño lejos de hacer caso volvió a encarar el arroyo, listo para saltar. Se subió un poco los pantalonsillos y respiró hondo. —Yo se que puedo, déjame hacerlo...
Con lo que Nicky no contaba era que la roca no tomaba en serio su determinación, y la malesa hizo lo suyo. El niño resbaló al instante de tomar impulso y cayó de espaldas directo al río, el cual era más hondo de lo que parecía.
—¡No! —gritó Agatha. Su ojos abiertos de la sorpresa. Tardó un momento en reaccionar pero al hacerlo lanzó su saco de monedas al suelo, adentrándose al arroyo. Al instante sintió el agua fresca cubrirla. Nadó en circulos hasta encontrar el pequeño e inconsciente cuerpo de Nicky.
Lo sostuvo con todas sus fuerzas y subió a la superficie, tosiendo toda el agua que había tragado.
—N-niño...Nicky despierta, por favor— palmeaba su rostro con poca fuerza intentando despertarlo. Notó sangre corriendo de su cien, cayendo lentamente como la corriente del arroyo, hasta caer en su barbilla donde desaparecía en su cuello. Nicky estaba herido y no despertaba.Agatha estaba en shock, no entendía como había pasado todo tan rápido. El atardecer estaba cayendo y los dorados rayos del sol penetraban las ramas haciendo el paisaje hermoso, un paisaje que Agatha no podía reconocer, no en este momento.
Ni siquiera sabía la historia del niño, no sabía su nombre completo ni cuantos años tenía, si tenía padres o estaba solo. No sabía nada.
Colocó su temblorosa mano sobre el pecho del niño, temiendo lo peor. La ropa mojada se pegaba a el como si fuera parte de si. Agatha guardó silencio intentando sentir, esperaba lo que sea menos lo que ocurrió. Su mano solo percibía el frío de la ropa pero no un latido y mucho menos una respiración.
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Enchanted
FanfictionAgatha queda impresionada cuando la muerte se presenta ante ella, no era huesuda ni cargaba almas detrás de sí, aprendió que la muerte podía ser hermosa y le encantaba admirarla.