Mi alma lloró, pero mis ojos
no reaccionaron...
cuando el ardor en mi espalda
y tus palabras hirientes
me atravesaron.
Sentí brotar la sangre y quise gritarte,
aunque tú me lo habías impedido desde mucho antes.—M.C
I
Mi alma lloró, pero mis ojos
no reaccionaron...
cuando el ardor en mi espalda
y tus palabras hirientes
me atravesaron.
Sentí brotar la sangre y quise gritarte,
aunque tú me lo habías impedido desde mucho antes.—M.C