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Haku tiene maña, chasquea la lengua y paulatinamente dibuja un zigzag al aire, se piensa que lo sabe todo y es un poco cascarrabias cuando ya está más cerca de los 30 que de los 20.  ¿Pero que más podría hacer cuando está a un pie de la bancarrota y con deudas de institución mental, formando la soga para amarrarse a su cuello?

No sabe en qué punto su vida empezó a ir cuesta abajo, cuando comenzaron los episodios frecuentes de paranoia formándose como sombras en sus ventanas o respiraciones frías sobre su hombro. Nunca había tenido insomnio hasta que se mudó a ese pequeño pueblo donde apenas y tenía que reparar uno o dos computadores al día y regresar a casa con el sabor amargo del café americano que conseguía en su gasolinera local despertando sus escasos y entumedicidos sentidos por los antipsicóticos que la psiquiatra le cambiaba casi que cada tres meses.. intentaba olvidar las conspiraciones, tenía un perfil muy bajo. Todas sus redes borradas y el número de Cédric memorizado para usar la línea pública y entrometerse en su vida con un ronco "¿Como estas, ced?" Escondiendo el escozor detrás de sus ojos y el temblor asustado de sus manos mientras miraba a los lados pensando que todas las farolas lo seguían como pupilas..

Haku, intenta, si que lo hace, el llevar una vida tan normal y rutinaria como para ser invisible hasta para si mismo, ahora él tiene el pelo más corto, la mirada más endurecida pero los labios eternamente fruncidos mientras toma el bus para dirigirse a su trabajo como técnico en computación. Lo mejor que pudo conseguir sin un currículum pobre y la universidad terminada por clases a distancia por incapacidad mental. Sabe que nadie tampoco lo echo de menos cuando no recibió ni una sola llamada los primeros meses y está bien así, mejor ser olvidado que eternamente reconocido — empieza a formar el zigzag de nuevo, uno, dos, uno, dos. Si lo termina y empieza no tiene que empezar a doblar el cuello para analizar a cada pasajero —

El bus iba algo vacío, solo se escucha el ruido de las ruedas en el asfalto húmedo y la ligera lluvia chocando contra las ventanas. Sería un día normal un día como cualquier otro, lo podría haber afirmado hasta que el peso adicional y el chirrido del cuero desecho de lo que eran los asientos (en definitiva) más incómodos del mundo lo saco de su ensueño eterno y lo hizo mirar en completo pánico a su lado.

Labios rojos, cabello rubio y un crucifijo volteado en el pecho. Le sonreía con los colmillos asomando y su mano extendida en un saludo.

"Soy Pame, ¿Como estas?"

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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𝕳𝖊𝖞 𝖍𝖆𝖐𝖚 | ADOM FANFIC ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora