"Además de Kamol, ¿Danil tuvo algo con alguien más?", preguntó Iván, porque pensaba que su red de información no era lo suficientemente profunda. Había cosas de Danil que no sabía, en parte porque Iván no había puesto a nadie a seguirlo de cerca; no quería que Danil se sintiera incómodo o molesto.
"No, señor. De hecho, con Kamol, el señorito no ha tenido nada desde hace mucho tiempo, y es la verdad", respondió Leif, agregando en su mente que, desde que Danil se enteró de que no era de la familia Balenkov, no había vuelto a tener nada con Kamol.
"¿Ah, sí?", Iván frunció el ceño, sin entender del todo. Pero le dio la seguridad de que Danil realmente no sentía nada por Kamol.
"Jefe, si digo algo que le molesta, puede castigarme. Pero necesito decirlo", dijo Leif. No solo Danil había aguantado durante años; él también. Había tenido que soportar ver al pequeño jefe sufrir, y eso le había dolido tanto como a él. Si le preguntabas a Leif cómo veía a Danil, más allá de su rol como jefe y guardaespaldas, él lo veía como un hermano menor, como un hijo para él.
"Habla", respondió Iván.
"Oye, jefe, ¿podrías ser un poco más cariñoso con Danil? Si no quieres que él busque amor fuera, ¿por qué no le das un poco de tu cariño? Sé que te preocupas por él, pero me gustaría que se lo demostraras un poco. Tal vez así se calme un poco", propuso Leif. En realidad, quería decir mucho más, pero prefería que fuera Danil quien hablara. Él solo podía pedir un poco más de cariño de Iván para Danil.
Iván se quedó en silencio al escucharlo. No solo Leif le había pedido esto, su madre también lo había hecho.
"¿Estás diciendo que he sido muy duro con Danil?", preguntó Iván en voz baja. Leif respiró hondo y pensó que, ya que había llegado tan lejos, debía decirlo todo. Quería ver sonreír a su pequeño jefe, aunque sea un poco.
"Sí, claro. Después de lo que pasó, el señorito fue entrenado para luchar; lo entrenaron para ser fuerte, eso es cierto. Pero ser secuestrado de esa manera, el señorito debe haber sentido miedo, sin duda. Como dijo Kim, él también debe haber deseado que lo protegieran, que lo cuidaran. Pero el jefe... lo golpeó en lugar de preguntarle qué le pasaba con preocupación," dijo Leif al final, con voz baja. Él mismo admitía que no estaba contento con Iván, pero no podía decir mucho. Iván, al escucharlo, se quedó en silencio por un momento.
"Solo quieres que sea amable con Danil, ¿verdad?" preguntó Iván.
"Sí," respondió Leif con seriedad.
"Bueno, lo intentaré. Si tu jefe no se mete mucho en problemas", dijo Iván, haciendo que Leif sonriera.
"Pero lo del alboroto que armó en Tailandia, eso sí que lo voy a castigar", continuó Iván, y Leif lo entendió perfectamente. Solo quería que Iván fuera más amable con Danil que antes, y con eso estaba contento. Aunque todavía no sabía qué tipo de amabilidad iba a tener Iván con Danil, estaba seguro de que cuando Iván prometía algo, lo cumplía. Y la razón por la que Iván lo prometió era porque se sentía culpable por haberle dado una bofetada a Danil.
"Ve a descansar", dijo Iván antes de levantarse y dirigirse al dormitorio para ver a Danil. Leif solo lo siguió con la mirada, expectante.
Iván abrió la puerta del dormitorio. Danil, que yacía boca arriba con un brazo sobre la frente, abrió un poco los ojos. Al reconocer a Iván, no dijo nada, ya que sabía que solo él podía entrar a la habitación sin tocar. Iván lo observó fijamente y se sentó al borde de la cama, mirando la mejilla de Danil, donde aún se marcaba la huella de su mano.
