Law lleva años enamorado de Luffy, pero es lo suficientemente cobarde para no admitir sus sentimientos, por lo que cuando Luffy le cuenta que tiene una cita con una antigua amiga decide tomar la situación en sus manos, terminando solos en un auto.
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Comenzó como un día hermoso. El sol brillaba tan fuerte que solo con mirarlo te daban ganas de apartar la mirada, pero no querías apartar la mirada del calor que te brindaba. Sus rayos te hacían sentir un profundo consuelo que era difícil de explicar.
Law se dirigía a la casa de Luffy, disfrutando del paisaje mientras caminaba, la dorada luz del sol iluminaba las hojas de los árboles de varios tamaños, y la suave brisa mecía lentamente las ramas en las copas de los árboles. Le encantaba observar el paisaje de camino a la casa de Luffy era colorido, ruidoso y lleno de emociones místicas que no podía descifrar por completo, pero esos sentimientos desconocidos lo envolvían en una profunda felicidad.
Había estado caminando durante unos 20 minutos cuando finalmente llegó a la puerta de la casa de Luffy, listo para comenzar la odisea de tocar la puerta y esperar 15 minutos porque ese era el tiempo que Luffy tardaba en responder si no estaba distraído. Esto siempre hacía sonreír a Law porque mostraba lo difícil que era para Luffy concentrarse en una cosa no le importaba esperar esos 15 minutos, de hecho, le encantaba porque sabía cuánto esfuerzo ponía Luffy en concentrarse en una cosa a la vez.
— ¡Torao, finalmente estás aquí! — gritó Luffy emocionado, lanzándose sobre el chico más alto.
—Lu, llevo aquí 20 minutos — bromeó Law mientras sostenía a Luffy— Perdón por tardar tanto. La culpa de Luffy estaba clara en su voz.
—Está bien, no me importa esperarte —la voz de Law era demasiado dulce.
—Te prometo que no te dejé esperando El viejo me pidió que hiciera la comida, pero Sabo me dijo que él lo tenía cubierto, y luego Ace dijo que iba a salir a comprar ropa —Luffy habló tan rápido que a Law le resultó difícil seguirlo.
— Está bien, lo entiendo —, se rió Law mientras intentaba atravesar la puerta con Luffy todavía aferrado a él, pero esto no era nada nuevo, estaba acostumbrado.
Dentro de la casa, Luffy seguía apegado a Law, casi como un gato que se aferra a su dueño, agarrándolo con fuerza con sus pequeñas manos. Law encontró divertido el desorden de la casa; algunas partes estaban impecables, mientras que otras eran tan caóticas que le daban dolor de cabeza. Se dirigió a la sala de estar, colocó suavemente a Luffy en el sofá y se sentó a su lado.
—Gracias por traerme al sofá, Torao, shishishi— Luffy rió suavemente, observando cada movimiento de Law.
— Prácticamente me obligaste; eras como un koala colgando— , bromeó Law.
— ¿Has comido algo? ¿Quieres que te prepare algo mientras me dices lo que querías decir? —
—No, me distraje. Me encantaría que Torao cocinara para mí.
Se dirigieron a la cocina, con Luffy todavía aferrado a Law. Law lo colocó suavemente sobre la encimera y comenzó a reunir los ingredientes para un sándwich, encendió la estufa, calentó una sartén y agregó un poco de aceite para asegurarse de que el queso no se pegara. Todo el tiempo, Luffy siguió hablando.
