ʚ💌˙∘𝐎𝚗𝕖𓏲⊹ 𝑆ℎ𝑜тѕ☆˚•💭

⊹˙∘📌𝐂ᴀᴊᴀ ༅.💉.˚

/Un día como cualquiera, alguien decide dejar una gran sorpresa fuera de la fábrica de cereales/.
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E

se mismo día en el que cada personaje principal se hayaba paseando por la fábrica, alguien decide interrumpir con sus actividades llamando a la puerta principal del sitio.
Nadie deseaba ir a ver de que se trataba, estaban concentrados en sus propios asuntos que ninguno parecía interesado en revisar.

Aunque poco le interesará, Frankie, el jefe de la fábrica completa y quien vigilaba las cámaras cada 5 o 6 horas, decidió llamar a su amigo (aunque más pareciera un asistente) para que se encargue de aquel trabajo que el mismo no podía hacer en esos momentos.

Con el ceño fruncido de tener que hacer todo el trabajo que su jefe debía de hacer, enojado mientras lanzaba palabras al aire en modo de desahogo, fue a ver lo que tanto le costaba a aquel conejo.

Llendo a pisotones a la puerta principal, se queja por última vez antes de dar un pequeño suspiro de cansancio y así abrir aquella tonta puerta y acabar con eso de una vez. ( eh ir a una entrevista individual con el espejo).

─ bien.. Veamos que hay aquí.. ─ al abrir, mira los alrededores, nadie andaba allí por lo que mira para el suelo donde yacía una caja algo rota y húmeda frente a el. ─ que... Carajos? ─ dice al aire, mirando detalladamente aquella caja de cartón.

El teléfono andante solo procede a hechar un vistazo más de cerca, pero al notar cierto movimiento extraño se espanto, dando un brinco hacia atrás con confusión. ─ eh.. ━ no sabía que debía de hacer, podría ser peligroso llevarse eso con el adentró ¿y si era un objeto peligroso? ¿Monstruo? ¿Animal salvaje? Entre aquellas opciones, decidió creer la tercera idea.

Preocupado de que hacer, solo tomó la Caja entre sus brazos, cargandola con cuidado hacia dentro de la fábrica, sintiendo como aquello que estaba dentro se movía suavemente.

Abrió con la pierna la puerta de la oficina, encontrándose con Frankie sentado en su silla viendo las cámaras. Este último lo miro de forma extraña al notar cierta caja entre los brazos del de traje rojo.

─ y... Que es eso que te traes, Henry? ─ pregunta levantándose de su asiento, acercándose a su amigo quien dejaba la Caja en el escritorio.

─ no se que sea, solo lo encontré fuera, no había nadie más.. ─ tenía miedo de averiguar lo que sea que este dentro de la Caja, pero algo le decía que aún así lo haga y abriese la caja. Observa ahora junto al conejo el como nuevamente la caja se mueve y eso desconcerta al conejo. ─ ay algo vivo allí! Que harás con eso, frank?! ─ pregunta ahora que ve como el contrario se acerca con lentitud a la caja y coloca sus manos en ella.

─ tranquilizate henry, ni que esto sea el fin del mundo. ─ gira sus ojos creyendo que el cabeza de teléfono estaba exagerado. Sin embargo, al abrir cada extremo del cartón, chillidos invaden el cuarto. ─ pero que?.. ─

─ esos son minis frankies? ─ de la nada aparece el pato policía con cuerpo de pantalla, observando el interior de la Caja con asombro.

─ espera... ¿Quien dejaría a estos pobres conejitos fuera de la fábrica en una caja? ─ parece increíble pero esa es la realidad. Dejan en abandono a animales indefensos a merced del destino.
La voz preocupada de Henry, dejó confusos al conejo más grande y al pequeño pato, pues sabiendo el gran ego que llevaba este, era casi imposible oir cosas buenas de el.

Frankie toma a uno de los pequeños conejitos y lo observa de cerca, con cuidado de no herirlo, lo devuelve a la Caja.

─que hacemos con ellos? ─ pregunta el pato, sin dejar de mirar aquel interior con los 5 conejos dentro. ─ no los tiraremos?verdad? ─

─ por supuesto que no! Henry tu- ─antes de completar la frase, el de traje color rojo carmín lo interrumpe.

─ ya lo se, ya lo se, yo me los llevaré... ─ algo harto acepta su trabajo, tomando la caja.

─ te lo agradezco amigo! ─ dice Frankie, dándole un golpecito en el hombro al de menor estatura.

Mientras el tiempo transcurría, los animalitos crecían, hasta el punto de que ya eran grandes y no unos bebés.

─ cherry, chop-chop, chup, chispa, champiñon, es hora de comer! ─ grita llamando a los consejos quienes vienen saltando hasta el más grande.
Desde que aquellos conejos llegaron, vieron a Frankie como su padre ahora, tendria sentido pues el era un conejo de igual forma.

─ a veces se me olvida por que le pusiste esos nombres.... ─ Henry se acerca cruzado de brazos.

Henry se encargaba de cuidarlos cuando el papá conejo estaba ocupado, por lo tanto era como el tío de los pequeños animalitos. De vez en cuando se cansaba de ser el niñero de los roedores pero sus caritas y pelaje esponjoso simpre lo hacía cambiar de opinión a sus ideas.

Y pensando que una caja tendría el comienzo de una familia más grande en la fábrica.

Fin.

Sin revisiones! Posibles errores!