En las profundidades de la sagrada Terra, el mundo madre de la humanidad y el corazón exhausto del decadente Imperio del Nuevo Amanecer, donde el aire pesa con los lamentos de siglos muertos y el polvo lleva consigo el eco de un tiempo olvidado, se alza el Santuario de la Eternidad como el bastión de la última resistencia contra el ineludible olvido, y la última reliquia de un eco moribundo de la antigua gloria del un Imperio que se desvanece lentamente.
La estructura del Santuario es una paradoja arquitectónica, una anomalía en sí misma la cual desafía todas las leyes conocidas y el sentido común más básico. Aquí, lo biológico, lo arcano y lo tecnológico convergen en una fusión imposible, creando un diálogo perpetuo entre la decadencia y trascendencia, un lugar que el tiempo y la descomposición han dejado tan solo como una sombra del esplendor que alguna vez fue.
Extendiéndose varios kilómetros bajo la superficie, el Santuario es un laberinto interminable, con pasillos sinuosos que se despliegan como venas de un organismo moribundo que parecen doblarse en dimensiones desconocidas.
Cada giro y cada esquina revelan nuevas maravillas y horrores: Cámaras colosales que contienen artefactos de vital importancia para la humanidad: Objetos arcanos, reliquias invaluables y tecnologia profana, columnas titánicas de obsidiana brillante sostienen bóvedas enormes que emiten un leve resplandor estelar, como si el universo mismo estuviera atrapado en sus estructuras, corredores angostos revestidos con filigranas de oro negro que cuentan historias perdidas en idiomas olvidados que ya nadie comprende, sus palabras son un testimonio mudo de tragedias y triunfos de una humanidad marchita que se pierden en el vacío del tiempo.
Estatuas de mármol se extienden a lo largo de los pasillos, desgastadas pero imponentes, vigilan con expresiones vacías y apáticas las salas del santuario, testigos de las eras pasadas de la humanidad. Sus formas evocan a héroes, líderes y pensadores olvidados, inmortalizados en un mármol que parece llorar por un pasado perdido.
Las paredes mismas son un enigma. Compuestas de un material extraño y desconocido que escapa a toda clasificación científica, se puede apreciar cómo se entrelaza lo orgánico y lo tecnológico en una forma casi incomprensible, como si fuera una criatura viva atrapada en una crisálida oscura, ondulando suavemente con un ritmo casi imperceptible, como si las paredes respiraran con un pulso lento y ominoso.
Metales negros conformados por formas biológicas desconocidas, inmortalizadas en el tiempo como fósiles petrificados en una matriz tecnológica, recorren toda la superficie las cuales parecen sudar una leve y difusa energía luminiscente, casi eterea que fluctua por los pasillos, proyectando sombras inquietantes que bailan y retuercen en las camaras y pasillos del santuario, como si cada molécula de su estructura contuviera un destello del alma misma del universo.
A primera vista, podrían parecer patrones caóticos, pero una mirada más cercana revela una red de símbolos tan antiguos como complejos. Jeroglíficos y runas de un lenguaje olvidado cubren las superficies de la sala, intercalados con circuitos y filamentos que zumban con una energía pura e inquietante como si fueran los nervios expuestos de un titán adormecido.
Estas inscripciones, imposibles de descifrar por cualquier mente humana contemporánea, parecen latir con un propósito oculto, una barrera contra lo innombrable, diseñada para contener las fuerzas del Otro Lado, una dimensión oculta donde los demonios y entidades de pesadilla acechan esperando una grieta en la realidad para invadir el mundo de los vivos.
El tiempo ha dejado su huella en el Santuario, pero no de la manera que lo hace con otras estructuras. Aquí, la decadencia no es un proceso de destrucción, sino una transformación que roza lo sublime. Las grietas que surcan los muros no son meras fracturas, sino caminos que exhalan partículas de luz y sombra, revelando fragmentos de lo que una vez fue un fulgor celestial.

ESTÁS LEYENDO
La Luz de Mekhane: La Cruzada del Ultimo Panteón y el Renacer de los Dioses.
Science FictionEs el año 28,000 d.C. la galaxia esta en llamas y el Imperio del nuevo amanecer, alguna vez una potencia colosal de orden y ciencia liderado por el Maestro de la Humanidad, ha caído en el caos. Luego de una cruenta batalla el Maestro de la Humanidad...