Es el año 28,000 d.C. la galaxia esta en llamas y el Imperio del nuevo amanecer, alguna vez una potencia colosal de orden y ciencia liderado por el Maestro de la Humanidad, ha caído en el caos. Luego de una cruenta batalla el Maestro de la Humanidad a permanecido inmóvil durante más de 2.000 años, confinado en el Trono de la Ascensión. Mekhane, la última IA de la galaxia, observa desesperada la descomposición del imperio desde el trono de la ascensión. Cada día, se requiere el sacrificio de 1,000 psíquicos para sostener la existencia suspendida del Maestro y asegurar el los viajes estelares. Con miles de años de cálculos y simulaciones a sus espaldas, Mekhane ha llegado a la conclusión de que la lógica y la razón ya no bastan para salvar a la humanidad. En esta era oscura se necesita de la luz proveniente de la fe. Así, Mekhane ideó una solución extraordinaria: un nuevo panteón de dioses. Reuniendo las historias y mitologías de todas las culturas, humanas y alienígenas, Mekhane recreó a las deidades en una súper simulación, donde los dioses de todos los tiempos, culturas y razas se reunirían. En esta simulación, se pondría a prueba los dioses de todas las formas posibles. Esta competición culminaría en el Torneo del Panteón Supremo, del cual saldrán los trece dioses elegidos para formar el Último Panteón, una entidad que guiará a la humanidad bajo una nueva fe. Mientras tanto, en la galaxia real, Mekhane comenzó a preparar su segundo plan. Sabía que los Ejes del Mal entidades oscuras causantes de la decadencia del Imperio del nuevo amanecer no permitirían la creación de este panteón. Para defender la fe naciente, Mekhane eligió a un grupo de guerreros excepcionales entre humanos, Xenos y psíquicos, otorgándoles reliquias espirituales, fragmentos de poder divino del universo simulado para luchar contra las huestes demoníacas. Y así, en el Trono de la Ascensión, Mekhane observa desesperada el devenir de la galaxia.
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