Desde el 26 de diciembre, Martin y Juanjo no tardaron en buscar cualquier excusa para verse. Entre mensajes llenos de humor y algunas indirectas cada vez más claras, comenzaron a planear varias citas, cada una de ellas llena de pequeños momentos donde ambos parecían estar siempre al borde de algo más.
Juanjo: Hola Magtan, espero que nuestra larga charla de anoche no te haya dejado muy cansado. ¿Había pensado, qué te parece si vamos esta noche a ver las luces de Navidad del centro? Dicen que este año están preciosas.
Martin: Me encantaría. Aunque supongo que lo de "luces preciosas" incluye también la buena compañía, ¿no?
Juanjo: Eso ya es un extra que no estaba en la programación original... pero ahora lo agrego solo por ti. ¿Te parece bien a las ocho?
Martin: Trato hecho. Nos vemos en la plaza, entonces. Yo compro el chocolate caliente.
Esa noche, las calles del centro brillaban con luces navideñas. Martin llegó al punto de encuentro con dos vasos de chocolate caliente y una bufanda roja que resaltaba sus verdes ojos, algo que no pasó desapercibido para Juanjo.
—Espero que no te estés quemando las manos con el chocolate —dijo Juanjo, acercándose para rozar levemente sus dedos al tomar uno de los vasos—. Aunque ya veo que vienes bien preparado.
—No me estoy quemando las manos por los guantes, pero nunca está de más un poco de ayuda extra —respondió Martin, sonriendo con intención mientras ambos empezaban a caminar.
El paseo entre las luces los envolvió en una atmósfera de intimidad. Martin y Juanjo se detenían a cada tanto, maravillados por alguna decoración. En un momento, Martin señaló una guirnalda de luces que colgaba cerca de un árbol; al levantar el brazo, accidentalmente rozó la mano de Juanjo, quien no perdió la oportunidad de entrelazar sus dedos con los de Martin, manteniendo la mano de ambos unida en silencio. Martin parecía un niño pequeño señalando cada adorno que le gustaba.
—Sabes... esta noche no pensé que me iría tan bien —dijo Juanjo, manteniendo la mirada fija en Martin, quien a su vez lo miraba con una mezcla de nervios y emoción.
—¿Ah, sí? —respondió Martin, apretando suavemente su mano—. Entonces digamos que me alegra haber superado tus expectativas. Tu has superado las mías, puede que me este empezando a gustar mucho la navidad.
—¿Solo la Navidad? —respondió Juanjo, acercando aún más a Martin a su costado—.
Ambos rieron, y cuando una ráfaga de viento los rodeó, Martin se acercó un poco más a Juanjo, aprovechando cualquier excusa para sentir su cercanía. Caminaban sin prisa, ambos conscientes de lo lento que avanzaban, disfrutando cada segundo de la compañía y de la conexión que se hacía más fuerte con cada paso.
Al día siguiente
Juanjo: Lo de hoy ha sido precioso, Pero ¿qué te parece si mañana subimos un poco el nivel? ¿Te atreves a patinar en hielo?
Martin: Patinar es mi especialidad, así que más te vale no tropezar demasiado... Aunque no me importaría ayudarte a mantener el equilibrio.
Juanjo: Entonces tienes una misión importante. Nos vemos mañana en la pista, pero recuerda: si caes tú primero, tu pagas el chocolate.
Martin: Trato hecho. Pero te aviso... tengo muy buen equilibrio
La cita en la pista de hielo fue igual de especial, aunque con un toque extra de emoción. Con los patines puestos, ambos se adentraron en la pista. Martin, siendo bailarín, se deslizaba con una elegancia natural que no pasó desapercibida para Juanjo, quien trataba de mantenerse firme a su lado. En un momento, Juanjo resbaló ligeramente, y Martin aprovechó para abrazarlo por el pecho y sostenerlo.
ESTÁS LEYENDO
little wish- Juantin
FanfictionDonde Juanjo trabaja como Papa Noel en un centro comercial por Navidad. O Donde Martin acompaña a su hermano pequeño a dar su carta a Papa Noel y le acaba pidiendo una cita al chico disfrazado como regalo de Navidad.