Había llegado tarde, la miré cerca de la entrada, después de que Minhee terminó el beso. Minju era una mujer increíble, esa noche se veía aún más hermosa que otras. Su cabello había pasado de castaño claro a un negro oscuro, peinado hacia el lado derecho que cubría ligeramente esa parte de su frente y aun así, su rostro lucía limpio y lavado con poco maquillaje. Portaba un vestido largo tipo halter con una abertura en la pierna izquierda, color blanco casi crema, se ajustaba a su cuerpo perfectamente. Cuando se dio la vuelta, observé una abertura en la espalda, haciéndola ver increíblemente sexy.
Ni siquiera nos miró, caminó directo al lugar donde se encontraba Soobin y lo saludó con una sonrisa. Hubiera preferido que no viniera, esto sin ella, ya era de por sí un tortura.
Abrí el baile con Minhee, poniendo mi mano en su hombro, me moví tratando de no pisarlo, recordando las clases de baile y de etiqueta que me enseñaron desde joven. Me habían preparado para un día como este sin saberlo.
Me hubiera gustado, bailar con Minju como lo hacía con Minhee. Hubiera sido un sueño hecho realidad. Brindé con mis padres y algunos compañeros. Minju en algún momento tendría que venir a felicitarnos, así que seguí tratando de soportar ese momento.
Podía verla sonreír con Soobin, Jeongin y su esposa e hija, desde donde me encontraba, de vez en cuando nuestros ojos se cruzaban, sonreía y desviaba la mirada.
Al parecer, a ambas, nos gustaba torturarnos solas.
En una de esas veces en las que nuestras miradas se encontraron, ella por fin se levantó de su asiento, con una caja plateada en sus manos. Ya habíamos recibido muchos regalos, a pesar de que todavía no era la boda. Contrario a otras cajas, la de Minju era pequeña. Caminó sin quitarme la vista.
-Minhee, amiga, muchas felicidades -entregó la caja a Minhee y después lo abrazó con fuerza, rápidamente, me abrazó a mí y se separó aún más rápido-. Les deseo mucha felicidad, e hijos guapos como ustedes.
Minhee sonrió contento. Más compañeros del trabajo se unieron a nosotros y comenzaron una plática trivial sobre sus atuendos. Cuando quise hablar con Minju, ella se estaba yendo a hablar con Eunbi.
-Iré con Minju y Eunbi, ahorita regreso.
Minhee me miró, luego miró hasta a Eunbi y a Minju, asintió con una sonrisa amable. ¿Cuánto daño le iba a hacer a este hombre si me casaba con él?
Caminé hasta ellas, estaban descansando en uno de los sillones, tomaban vino y hablaban seriamente. Lo más probable es que Eunbi intentara convencerla de que se uniera a su grupo. Lo cual era algo que nos convendría a ambas, seguir juntas sería masoquista de nuestra parte.
-Lo siento Eunbi, pero de verdad que este momento no tengo interés en mudarme. Sería muy irresponsable de mi parte.
-Una de las razones por las que quiero que te cambies a penal es porque leí tu tesis, tienes mucho potencial- Eunbi aseguró.
-Apoyo a Eunbi -dije llamando la atención de ambas. Minju hizo un chasquido, molesta por mi presencia- ¿Puedo sentarme?
Eunbi asintió, así que me senté a su lado. Minju desvió la mirada y cruzó la pierna.
-Dame un mes para pensarlo -dijo a Eunbi.
-Minju esta es una oportunidad única en la vida, si no aceptas ahora, en un futuro puede ser tarde.
Contrario a la reacción que esperaba, Minju sonrió burlona.
-Tengo mucha confianza en mí misma, para bien para mal, nadie puede presionarme, ni siquiera ustedes. Ahora si me disculpan, iré a bailar un rato. Nos vemos damas.
Se levantó, con elegancia y caminó entre los invitados, tomó la mano de Soobin y lo llevó hasta la pista de baile. No podía quitarle los ojos de encima. Esa era la mujer de quien me había enamorado.
Minhee decidió que los regalos se quedarían en mi departamento, después de todo, sería el lugar donde viviríamos. Había tenido noches increîbles aquí con Minju. No podía imaginarme hacerlo con alguien más.
Dejé los regalos en una bodega, los abriría después de la boda con Minhee, excepto la caja plateada que nos había dado Minju. Me senté en el sillón, con la caja en mis manos. El reloj marcaba las cinco dieciocho de la mañana, las luces estaban apagadas excepto por una lámpara que alumbraba ligeramente la sala.
Caminé hasta el mini bar y tomé una botella de vino, esa noche estaba lo suficientemente alcoholizada para tropezar con unos muebles mientras regresaba el sillón. Miré de nuevo la caja y decidí abrirla.
El papel plateado se rompió sin piedad y dejó caer un tarjeta; una cajita forrada de terciopelo rojo apareció y al abrirla puede ver algo que me hizo maldecir. Tomé el artefacto y lo aventé con fuerza contra una pared. Era el collar de pareja que había comprado con Minju años atrás. Éramos más jóvenes, no era algo lujoso, pero había sido especial. Yo tenía el mío guardado especialmente en mi joyero y aquel era el de Minju.
Para Kang Minhee
Sólo tres palabras tenía escritas la tarjeta. La rompí en pedazos y me acosté en el sillón, entonces las lágrimas salieron de mis ojos y no pude detenerlas.
A la mañana siguiente aproveché que era mi día libre, salí a correr como de costumbre y más tarde tomé un baño. En un día como este, semanas atrás, tendría una cita con Minju, tal vez vendríamos a mi departamento, veríamos una película y después haríamos el amor.
Hoy, en cambio, tendría una cita con mi suegro y mi padre, en un restaurante. Donde planearíamos futuras inversiones. Sí, era un buen día para los negocios.
Recibí una llamada de Minju por la tarde, parecía que estaba molesta por algo, porque no podía dejar de insultar al CEO de la empresa COMP. Tampoco me explicaba la situación.
-Iré a los juzgados mañana, tenía en la agenda a un cliente, así que favor pásalo con Minhee o Soobin.
-Me parece bien, es mejor que atiendas los asuntos que ya tienes antes de empezar con nuevos casos; además estaba pensando en reducir tus clientes por las próximas semanas. Si al final terminas cambiándote al departamento de penal, es mejor que tengas menos clientes.
-¿Es esta tu forma de presionarme?
-Para nada, pero es bueno prevenir. Sólo pienso en lo mejor para ti, porque aunque no podamos estar juntas aún te amo.
No recibí respuesta, Minju había colgado la llamada y eso fue lo mejor. Había hablado de forma imprudente, no tenía derecho a amarla, si no tenía las fuerzas suficientes para luchar por ella.
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𝑄𝑈𝐸́𝐷𝐴𝑇𝐸 𝐶𝑂𝑁 𝐸𝐿 [ 𝐽𝐼𝑁𝐽𝑂𝑂 / 2𝐾𝐼𝑀 ]
FanfictionDejar ir a las personas, es más difícil de lo que parece y sin embargo totalmente necesario. Kim Minju es una abogada dedicada a su trabajo, mantenía una relación secreta para muchos con Ahn Yujin, hija del CEO del despacho jurídico para el que trab...