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el lunes llegó, por ende la misma mierda de siempre

estuvo esperando alguna a que otra disculpa por parte del morocho, pero simplemente le habló para pedirle ayuda con su tarea, petición a la que obviamente aceptó

supuso que él tenía razón, que no tenía él la culpa, excusandolo una vez más.

él se sentaba solo detrás de tiago y su grupo, y era de esperarse que este podría escuchar lo que decían sin problema, aún más si su tono de voz era considerablemente alto.

y como si fuese poco, era tema de conversación entre tiago y sus amigos, pero no de una buena claramente

-¿creés que no me doy cuenta de lo enamorado que lo traigo al boludo ese? es tan pelotudo- se burló pacheco. mauro permanecía en silencio, haciendo como si no los escuchara-te lo juro que ya se está haciendo insoportable-dijo a regañadientes

-ay no que paja amigo. debe ser una carga tener a un rarito como él detrás de vos, y así de obsesionado- comentó uno del grupo

-¡además me llama llorando para contarme sus problemas de mierda como si me importaran!- esto provocó risas entre ellos.

-es una nena necesitada de afecto, pobrecita- dijo con sarcasmo otro amigo de él

todos estos comentarios eran frecuentes entre ellos, este grupo era el que más agredía a mauro sin motivos.

y le dolía tan profundamente que tiago sea así. le confiaba cosas para que luego las use como chistes.

pero estaba tan enamorado de él que trataba de buscar alguna razón para perdonarlo o para que tenga sentido, por más que realmente no la haya.

y siempre era verdad todo lo que decían

mauro era muy dependiente de tiago, lo apreciaba muchísimo como amigo quitando el hecho de estar enamorado de él, pero últimamente no sentía que tiago lo quería de vuelta, quizás siempre fue él el que sintió ese "click"

una vez que el recreo comenzó, mauro le habló con una voz temblorosa, le dolía la garganta por culpa del nudo que empezaba a formarse en ella

-¿te sigue pareciendo divertido hablar mal de mi para quedar bien con ellos?- preguntó con un tono de voz calmado, no quería desenvolver una discusión. le dolió que ni siquiera lo miró a los ojos.

-era joda mauro, no te lo tomés a pecho- excusó- además, tratá de cambiar un poco y ser normal, capaz así no se te burlen tanto-

-¿y qué significa para vos ser "normal"?-

-ser más social, no llorar por cualquier cosa y dejar de acosar a la gente para recibir atención- finalmente se volteó a mirarlo- siendo franco, me colmaste la paciencia. y si te aguanté durante tanto tiempo, era porque solamente me dabas... lástima-

-si vamos al caso, vos tampoco hiciste nada por soltarme- contestó en su defensa, teniendo los ojos lagrimosos, además de tener el entrecejo arrugado

-¿ahora es mi culpa que estés detrás mío buscando mi aprobación?-

-¿y vos no te acordás quien estuvo para vos antes de que te hagas popular?-

-no tiene nada que ver- rió sin gracia

-vos también venías a mis brazos llorando porque sentías no encajabas en ninguna parte, ¿o te olvidaste de eso?- podía sentir el peso de sus palabras, me dolía la garganta al hablar. lágrimas resbalaban por sus mejillas lentamente

-pero yo ya pasé esa etapa, si sé cómo hacer amigos y no me la paso como vos, llorando en mi cama o molestando a los otros con mis problemas- se quejó - tenés que buscar otros amigos y dejarme de lado a mi, te hace ver muy patético. ¡y dejá de llorar que no estás en jardín de infantes!-

𝘐𝘕𝘚𝘜𝘍𝘐𝘊𝘐𝘌𝘕𝘛𝘌 - 𝙡𝙞𝙩𝙞𝙖𝙜𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora