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Después de un día de mucho estrés Park Sung Woong quiso pasar tiempo con su amado así que se fueron juntos a la casa de Seung Hoon para tener más privacidad.

Hacía apenas unos minutos que habían terminado una ronda de sexo apasionado, y ahora se encontraban desnudos, envueltos en una manta, en el centro de la cama. Park Sung Woong se acurrucó detrás, envolviéndolo con sus brazos y dejando besos suaves en su cuello y espalda. Sus dedos acariciaban la piel sedosa provocando un estremecimiento en el cuerpo ajeno.

Seung Hoon se sintió rodeado por la calidez de Park, pero notó una sombra de preocupación en su mirada.

—¿Estás bien?—  su voz estaba llena de inquietud.

—Sí, estoy bien— respondió, su voz baja y firme, sonrió intentando ocultar su ansiedad. 

—No, no estás bien—  dijo, su voz suave sin dejarse engañar  —Puedo verlo en tus ojos. ¿Qué pasa?

—Lo siento— dijo con su voz llena de remordimiento. —No te he estado dando la atención que mereces. Mi mente está en otro lugar.

Park suspiró, su pecho expandiéndose mientras Seung Hoon se movia, su cuerpo ajustándose al de Park.

— No tienes que disculparte—dijo con comprensión. —Sé que estás pasando por un momento difícil.

Park acarició la mejilla de Seung quien cerró los ojos disfrutando de la calidez y la sensación que provocaba en el.

—Gracias por entender—  su voz sonó suave. —Significa mucho para mí.

—¿De verdad tienes que hacerlo?

Su preocupación salió a flote antes de que pudiera retenerla.
Park sabía perfectamente de qué hablaba.

—Se lo prometí a Jin. Hicimos un trato y el cumplió su parte— respondió, su voz baja y firme.

—Tienes un problema con hacerles promesas a tus sobrinos —Seung Hoon bufó, molesto. 

Park sonrió, su aliento cálido rozando en la oreja de Seung Hoon.

—A ti también te he hecho promesas, y sabes que soy un hombre de palabra—  le recordó lleno de convicción.

Seung Hoon se movió con su cuerpo respondiendo a las palabras del mayor.

—No quiero que te entregues— dijo con tristeza

Park se acomodo de una mejor manera haciendo que su cuerpo encargará a la perfección al de Seung Hoon.

—Sé que debo pagar por las cosas que he hecho—  su voz sonó ronca. —Pero no te preocupes, no lo haré hasta que termine de alistar el papeleo, si me hundo yo se hunden todos los involucrados hasta el alcalde... Jin está preparando más cosas para limpiar un poco mi nombre.

Seung Hoon que estaba dando caricias a los brazos qué Lo rodean se detuvo, su mirada encontrando la de Park.

—¿Qué pasa si no funciona?—, preguntó con inquietud.

—Confía en mí— dijo con su voz suave mientras dejaba un suave beso en los labios ajenos. — Confía en Jin. saldremos de esta.

El silencio se apoderó de la habitación durante unos momentos, hasta que el menor habló de nuevo.

—Si está es nuestra última noche juntos, es mejor aprovecharla— insinuó con su voz llena de deseo.

—Tendré derecho a visitas conyugales.— subió una ceja y sonrió de lado

— Claro, porque no hay nada más excitante que hacerlo dentro de una celda.— dijo con una emoción sarcástica

Park se rió, su aliento cálido chocaba en la mejilla de Seung Hoon. Y sin aviso previo lo tomó de las caderas, jalándolo hacia arriba con posesividad escuchando el pequeño jadeo

POWER (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora