ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ⁵

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Gladion dormía plácidamente acurrucado en su cama, rodeado de sus peluches favoritos, Umbreon y Pikachu. Sus ojos cerrados y su respiración suave reflejaban la tranquilidad que había encontrado en los brazos de Guzma y Plumeria horas antes. Su mente se sumergió en un sueño reconfortante, recordando la calidez y el amor que había recibido.

Pero mientras dormía, una sensación extraña e incómoda comenzó a filtrarse en su conciencia. Una frialdad se extendió por todo su cuerpo, y su frágil estructura se tensó en respuesta. El temor lo invadio, acelerando los latidos de su corazón.

Gladion despertó sobresaltado, llorando y temblando. Sus ojos frágiles se abrieron de par en par y se encontraron con la oscuridad de su habitación. Se sentó en la cama, apoyando la espalda contra el respaldo, y su mano temblorosa se extendió hacia las sábanas. Al levantarlas, su corazón se hundió al descubrir una mancha transparente debajo de él. La cruel realidad lo golpeó con fuerza, había mojado la cama accidentalmente. Su rostro se sonrojó de la vergüenza y su llanto se intensificó.

En ese momento, el pequeño Gladion solamente podía pensar en buscar consuelo y refugio para su miedo. Se levantó de la cama, y con paso tembloroso, se dirigió a la habitación de Guzna y Plumeria. La puerta estaba entreabierta, y la luz de luna que entraba por su ventana se filtraba hacia el pasillo.

Con un suave sollozo, Gladion empujo la puerta y se adentró en la habitación sin hacer ruido. Se acercó a la cama y se paro al borde de la misma en donde Plumeria dormía, intentando llamar la atención de los adultos.

—Plu... Guz...
Sollozó, con dificultad en su habla.

Plumeria entreabrió los ojos, todavía adormilada. Se sorprendió al ver a Gladion de pie junto a su cama, con su rostro iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana.

—¿Gladion? Ya no es hora de jugar, pequeño.
Dijo Plumeria, con su voz cansada y somnolienta.
—Vuelve a dormir, no queremos que Tupp o Rapp te vean así.

Pero Gladion no respondió. En su lugar, siguió llorando y sollozando en voz baja, con su frágil cuerpo temblando.

Plumeria se sentó en la cama, encendió la lámpara de su mesita de noche y se frotó los ojos, obligándose a despertar al presentir que algo no estaba bien. Al ver a Gladion de cerca, notó cómo cubría su llanto con el brazo y estiraba hacia abajo su camisa holgada, tratando de ocultar su entrepierna.

La mirada de Plumeria se detuvo en las piernas de Gladion y percibió la humedad en su short de pijama. Repentinamente, comprendió lo que estaba ocurriendo.

Su expresión cambió de cansancio a preocupación e incomodidad. Aunque había aceptado su nuevo rol como cuidadora, no se sentía preparada para esa situación. Estar al mando de un grupo de adolescentes era completamente distinto a cuidar de un niño pequeño y enfrentarse a situaciones como esa la hacía sentir temerosa, sin saber cómo reaccionar.

Sin embargo, al mirar a Gladion a los ojos, Plumeria percibió la vulnerabilidad y desesperación de un niño pequeño. Un sentimiento de ternura invadió su corazón y su expresión se suavizó. Su instinto maternal floreció de nuevo en su interior.

—Shhh... Gladion, cálmate. Todo estará bien.
Pronunció, con su voz suave y tranquilizadora.
—No hagas tanto ruido, no queremos despertar a Guzma.

El pequeño Gladion seguía llorando, y Plumeria se sentía abrumada por su vulnerabilidad. No sabía qué hacer, pero su instinto maternal la empujaba a ayudar a su pequeño.

—¿Gladion, tuviste un accidente, verdad?
Preguntó Plumeria con suavidad, limpiando las lágrimas del menor con sus dedos.

Gladion asintió con vergüenza, sollozando aún. Plumeria colocó una mano sobre su cabello, acariciándolo suavemente, sintiendo una profunda empatía hacia él.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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El bebé del Team Skull || Agere TBDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora