Era una noche tranquila en el dormitorio compartido. Los demás miembros estaban dispersos por el estudio, preparando nuevas canciones o descansando en sus habitaciones, pero Changbin y Jeongin estaban juntos en su habitación, haciendo algo simple, algo que solían hacer a menudo: hablar.
Se sentaron en el suelo, rodeados de una pila desordenada de papeles, auriculares, y una laptop que mostraba una pantalla llena de letras sin terminar. Changbin estaba recargado contra la pared, con los brazos cruzados, mientras Jeongin jugueteaba distraído con un bolígrafo.
El silencio entre ellos era cómodo, pero hoy parecía diferente. Había algo en el aire, algo que Changbin no podía explicar. Tal vez era la cercanía de Jeongin, o tal vez la forma en que lo miraba ahora, con una mezcla de confianza y algo más, algo más profundo. Changbin lo notó, pero prefirió no decir nada. No quería romper la calma.
"¿Sabes?" Jeongin rompió el silencio, su voz suave y algo vacilante. "A veces pienso que no somos tan diferentes, aunque tú eres... bueno, Changbin."
Changbin levantó una ceja, curioso. "¿A qué te refieres con eso?"
Jeongin se encogió de hombros, aún jugueteando con el bolígrafo. "Quiero decir, cuando nos conocimos, pensé que eras este tipo serio, siempre concentrado en la música. Pero, ahora que te conozco... eres más... ¿cómo decirlo? Tierno, también."
Changbin se echó a reír, pero al mismo tiempo algo en su interior se encogió. No sabía cómo reaccionar a esa sinceridad de Jeongin. "Tierno, ¿eh?" dijo con una sonrisa de medio lado, intentando mantener el tono ligero. "¿No será que tú me estás cambiando, entonces?"
Jeongin le sonrió, esa sonrisa tímida pero que siempre hacía que el corazón de Changbin se acelerara. "Tal vez," dijo, mirando a Changbin con algo de timidez. "Pero eso me gusta. Me haces ver las cosas de otra forma."
El ambiente comenzó a cambiar, y Changbin lo notó de inmediato. Algo en la forma en que Jeongin lo miraba, algo en la energía que flotaba entre ellos, lo hizo sentir que había algo más no dicho, algo que ninguno de los dos se atrevía a nombrar.
Jeongin dejó de jugar con el bolígrafo y lo dejó caer sobre la mesa. Luego, lentamente, se acercó a Changbin, como si estuviera buscando algo, o alguien. Changbin sintió su corazón latir con fuerza al verlo tan cerca. Sus pensamientos se nublaron, y antes de que pudiera procesarlo, Jeongin ya estaba frente a él, sus ojos fijos en los de Changbin.
"Changbin..." murmuró Jeongin, su voz tan suave que hizo que el aire alrededor de ellos pareciera aún más denso.
Changbin no podía apartar la mirada. Las palabras no salían de su boca, pero su cuerpo parecía moverse solo, inclinándose hacia adelante, casi sin pensarlo. Algo en su interior lo impulsaba hacia Jeongin, como un imán, y la sensación de calor que crecía entre ellos no podía ser ignorada.
"Jeongin..." La voz de Changbin salió ronca, algo quebrada, pero antes de que pudiera decir más, Jeongin dio un paso más, apenas un suspiro de distancia entre sus rostros.
Y entonces, en ese instante, el mundo se detuvo.
No hubo necesidad de palabras. No hubo explicaciones ni dudas. Solo dos personas que finalmente entendían que lo que sentían no se podía poner en palabras, pero que aún así era real.
Jeongin cerró los ojos, y, al igual que si estuvieran sincronizados, Changbin también los cerró, su respiración se entrelazó con la de él. En un movimiento suave, casi temeroso, Jeongin acercó su rostro al de Changbin, y sus labios se encontraron.
Fue un beso tímido al principio, casi un roce, como si ambos estuvieran preguntándose si lo que estaba sucediendo era real. Las sensaciones se acumulaban lentamente, como una corriente eléctrica que recorría sus cuerpos. El latido del corazón de Changbin parecía resonar en sus oídos, mientras que Jeongin respondía con una suavidad que hacía que todo se sintiera como un sueño.
Finalmente, el beso se profundizó, pero siempre con la misma delicadeza, como si el miedo a romper el momento fuera más grande que cualquier otra cosa. Changbin acarició suavemente la mejilla de Jeongin, notando lo cálido y suave que era su piel, y cómo su presencia llenaba el espacio a su alrededor. No era apresurado. Era perfecto. Era todo lo que necesitaban en ese instante.
Cuando se separaron, sus frentes se apoyaron, respirando entrecortadamente. La habitación estaba en silencio, pero el aire estaba lleno de algo que ninguno de los dos había esperado, algo que parecía crecer en el mismo lugar donde sus corazones latían al mismo ritmo.
Jeongin abrió los ojos primero, buscando la mirada de Changbin. No dijo nada, pero la sonrisa en sus labios era suficiente. Changbin lo miró fijamente, sintiendo la calidez que se apoderaba de su pecho.
"¿Sabes?" dijo Jeongin, con una sonrisa tímida. "Creo que te quiero más de lo que pensé."
Changbin sonrió de vuelta, esta vez sin esconder nada. "Creo que yo también," respondió, su voz suave, pero llena de certeza.
El primer beso entre ellos no fue un gran acto dramático, sino un momento lleno de calma, como una promesa silenciosa de que lo que estaban comenzando a construir juntos era real.
Era solo el principio.
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Once
Random[Simplemente historias de Stray Kids] -Contenido homosexual -Cien por ciento mío -Ships variados -Espero les guste!!!