Una Promesa Bajo las Estrellas.

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Era una noche tranquila en Konoha, las estrellas brillaban en el cielo despejado y la luna iluminaba suavemente el campo. Sasuke estaba sentado sobre un techo, mirando hacia el horizonte, donde las luces de la aldea se reflejaban. Sentía la calma en el aire, pero su mente estaba llena de pensamientos y recuerdos.

De repente, escuchó un ruido a su lado. Cuando miró, vio a Naruto, quien siempre parecía aparecer en los momentos más inesperados.

—¡Sasuke! —dijo Naruto con una sonrisa amplia, saltando al techo junto a él. —Pensé que te encontraría aquí.

Sasuke apenas reaccionó, pero su rostro se suavizó al ver a Naruto.

—¿Qué haces aquí, dobe? —preguntó con su voz habitual, aunque una ligera sonrisa estaba a punto de escapar de sus labios.

Naruto se sentó a su lado, mirando las estrellas.

—Solo quería ver cómo estabas. Ya sabes, después de todo lo que ha pasado, pensé que podríamos pasar un momento tranquilo juntos —respondió Naruto, su tono suave.

Sasuke lo miró de reojo, observando la forma en que Naruto siempre se preocupaba por él, sin importar cuánto cambiara el mundo a su alrededor. A veces, Sasuke se sentía culpable por no poder darle lo que Naruto merecía, pero esa noche, algo en su pecho se sentía ligero.

—Estoy bien —dijo Sasuke finalmente, sin querer admitir lo mucho que apreciaba esos pequeños momentos.

Naruto sonrió, y sin decir palabra alguna, se recostó sobre el techo, mirando las estrellas junto a Sasuke. El silencio entre ellos no era incómodo, sino reconfortante. Por un momento, el mundo parecía detenerse.

—¿Sabes, Sasuke? —dijo Naruto después de un rato—. No importa lo lejos que vayamos o lo que pase, siempre estaré aquí. Te lo prometo.

Sasuke lo miró fijamente, sintiendo una calidez en su pecho al escuchar esas palabras. No era algo que Naruto dijera a la ligera. A pesar de todo lo que había sucedido entre ellos, esas palabras le llegaban más profundo que cualquier combate o batalla.

—Te lo prometo también, Naruto —respondió Sasuke, y aunque no lo dijo en voz alta, sabía que esas palabras se grabarían en su corazón para siempre.

Los dos se quedaron en silencio por un rato más, mirando las estrellas, sabiendo que no importaba lo que el futuro trajera. Mientras estuvieran juntos, siempre habría un lugar seguro donde ambos podrían descansar, una promesa hecha bajo las estrellas.




                                                            

Sasunaru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora