Capítulo 18🌳

27 4 1
                                    

Narra Dulce

Las antorchas iluminan el salón real, proyectando sombras danzantes sobre las paredes doradas. Mis manos tiemblan, y aunque trato de disimularlo, sé que Christopher lo nota. A mi lado, su presencia es como un faro que me llena de paz, pero también de una excitación indescriptible. Todo esto parecía un sueño lejano hasta hace tan solo unas lunas.

__¿Estás lista, amor?- pregunta Christopher, sosteniendo suavemente mi mano. Sus ojos, tan profundos y serenos, me calman.

Respiro hondo y le sonrío.

Dul: No lo sé, pero contigo a mi lado, creo que puedo enfrentar cualquier cosa.

La multitud guarda silencio. Cada noble, cada caballero y doncella, han dejado de murmurar para presenciar el momento en que nuestros destinos se unen en algo más grande de lo que nunca imaginamos. Nos colocamos frente al altar sagrado donde reposan las coronas, relucientes y pesadas, como si incluso ellas entendieran la magnitud del compromiso que estamos a punto de asumir.

El Gran Sacerdote se adelanta, con su túnica ceremonial ondeando al ritmo de sus movimientos pausados. Levanta su voz, grave y solemne.

__Hoy, ante los ojos de los dioses antiguos y del pueblo que tanto aman, Dulce y Christopher se convierten en nuestros soberanos, guardianes de la paz y la prosperidad de este reino.

Christopher entrelaza sus dedos con los míos.

Uker: No importa lo que venga, mi amor. Cada paso lo daremos juntos.

Le miro y veo en sus ojos la misma determinación que siento en mi corazón.

Dul:Siempre juntos, Christopher. Nuestro amor es nuestra fuerza.

El Sacerdote eleva las coronas y, con cuidado, coloca una sobre la cabeza de Christopher, quien se yergue con dignidad. Puedo ver el brillo de la responsabilidad en su mirada, pero también un toque de nerviosismo que me reconforta. Aún sigue siendo el hombre sencillo que conocí, aunque se escondía detras de un hombre frío y enojón, mi amigo y mi amor.

Cuando el Sacerdote coloca la corona sobre mi cabeza, un calor inesperado recorre mi cuerpo. El peso de la corona es como un eco de las promesas y sacrificios que hicimos, y de las promesas aún por hacer.

Miro a la multitud y siento el peso de sus esperanzas sobre nuestros hombros, pero en lugar de asustarme, eso me fortalece. Aprieto la mano de Christopher y digo, con voz firme:

__Prometemos servirles con justicia y lealtad, cuidarlos y ser su fuerza en los tiempos oscuros.

Christopher asiente y añade, "Porque nuestro amor es para ustedes, nuestro reino es su hogar, y juntos construiremos un futuro mejor."

La multitud estalla en vítores, y mientras nos miramos, sé que acabamos de sellar no solo una alianza política, sino un pacto eterno entre nuestros corazones y el pueblo que gobernaremos.

Christopher se inclina hacia mí, y en un susurro, dice:

__¿Listos para nuestra aventura, reina mía?

Le sonrío, sintiendo que todo cobra sentido. "Más que nunca, mi rey."

Y así, de la mano, damos nuestros primeros pasos hacia un destino que ahora compartimos con un reino que ya no es solo nuestro hogar, sino nuestra responsabilidad.

____________Dos meses después_____________

El amanecer apenas comenzaba a teñir el horizonte cuando me desperté con una sensación extraña, un revoloteo en el estómago que, aunque no era desconocido, tenía una intensidad distinta. No era el miedo o el nerviosismo habitual antes de las audiencias o las decisiones importantes del reino. Esto era algo más profundo, algo más... visceral. Me senté en la cama y, al notar que Christopher aún dormía profundamente, decidí guardar silencio y dejarlo descansar.

LA BELLA Y LA BESTIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora