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Dedicado a MariaElenaAncasi

–Qué suerte tiene ese hombre. –Dijo algo dolido, un chico tan lindo como Jin era lo que él necesitaba.

El chófer recogió al pálido afuera, ayudándolo a subir al auto.

–Todo bien señor con el bebé.     

–Perfecto. –Sonrió y le pido al arrancar. –Oh señor Park, puede detenerse aquí, quiero algo dulce.

–Claro. –El chófer paró y lo ayudó a bajar para entrar, el aroma a azúcar y dulces hicieron al embarazado sonreir.

–Hola. –Sonrió.

–Hola. –El chico sonrió cuando lo notó. –¿Qué te gustaría?

–Algo con chocolate, mucho.

–Señor Lee, no puede comer chocolate. –Regaño el chófer,  sacandole un puchero.

–Oh, tenemos un chocolate especial para embarazados, es más bien leche, ligeramente con chocolate.

–Dele eso por favor.

–Ok. –Él fue a la cocina.

–Señor Park. –Hizo un pequeño berrinche.

–No Seok Jin, no puede comer chocolate.

–Pero yo quiero.

–Lo sé, pero es malo para su embarazo.

–Estarás castigado apenas salgas. –Dijo refiriéndose a su pancita, sacándole risas a los que estaban cerca, el tierno joven hizo puchero, cuando la chica trajo su leche y le puso un popote, él le dio un sorbo y sus ojos brillaron, no tenía mucho gusto pero le supo muy rica. –Puedo pedir para llevar, esta rica.

–Claro. –Ella fue a la cocina y luego de regresar traía un termo con el pedido. –Aquí tiene joven. –Dijo ella.

–Gracias.

Pagaron por la leche y regresaron al auto.

–No desea hacer otra parada señor.

–No, podemos ir a casa. –Dijo y el mayor arrancó el auto, llegaron un tiempo después. –Kennie. –Llamó al pelinegro al entrar, tenía dolor en las piernas, moría por echarse en la cama. –Mi amor, dónde estás. –Subió como no respondía, mientras tanto...

–Joder Ken lo haces tan bien. –El pelinegro gemía bajo el castaño.

–Mi amor. –La voz de Jin se escuchó en el pasillo.
 
–Maldición, ya llegó Jin, rápido cariño, escóndete, lo distraerse para que te vayas.

–Ok. –Salió del menor y se escondió en el armario.

–Ken.

–Hola cielo. –Beso cortamente el otro y siguió como si no estuviera follado hace un segundo.

–No vas a preguntar cómo está nuestro bebé.  

–Oh sí, lo olvidé.

Cómo puede olvidar a su propio hijo, pensó el pelinegro.

–Está bien, cambie de doctor, este es más experimentado, eso creo. –El mayor le prestaba atención o eso aparentaba, el menor suspiro. –Me voy a dar una ducha estoy cansado, mi espalda me está matando.

–Claro.

El menor entró al baño y fue ahí donde el otro salió.

–Rápido vete ya.

–Dale saludos al cornudo de tu esposo. –Dijo burlón y ambos rieron.

–Ay cariño. –Dijo y se fue rápidamente vistiéndose en el camino, sin importar si lo veían o escuchaban.

Jin estaba llorando contra la pared, sosteniendo su vientre, lo había escuchado, estaba por salir por su ropa cuando escucho todo, después de llorar por un tiempo se bañó, dio su masaje a su vientre con su crema especial para quitar un poco las marcas de las estrías y el dolor que estás le daban, salió envuelto en una bata.

–Amor.

Sus ojos se cristalizaron cuando escuchó pero se forzó a no dejar caer una lágrima.

–Si Kennie.

–No quieres algo de acción.

–Ken te dije, ya no podemos, puedes lastimarme o al bebé.

–Jin joder, eres mi esposo.

–Que sea tu esposo no significa que tenga que ser tu máquina sexual. –Dijo y se metió a vestir, cuando salió el castaño se estaba arreglando muy elegante. –A dónde vas. –Preguntó bajo.

–A divertirme.

–Pero… creí que te quedarías conmigo.

–Lo siento Jin, ya tengo un compromiso.

Dijo y salió, rápidamente lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas. Desde ese día nada fue igual, Ken salía todas las noches, siempre tenía un compromiso, si no hubiera escuchado la conversación que tenía con su amante hubiera creído eso, después de todo su esposo era un empresario y todo eso, pero él estaba seguro que no era así, única a favor casarse con alguien, eso se lo confirmó su chófer hace poco, aún lo recuerda.

~Flashback~

–Señor Lee, no vio a Leo salir.

–Leo, estuvo aquí, no lo vi. –Dije algo desanimado.

–Bueno, el joven viene casi todos los días.

–Oh… está bien.

~Fin del Flashback~

Todo estaba tan claro ahora y le dolía tanto que su esposo pensara que era tonto, en fin todos pensaban eso de el, pero en realidad, el tenía un título, tenía dos por falta de uno, era un gran repostero y su título en psicología no lo hacían un chico tonto, era mucho más inteligente de lo que pensaban.

–Señor Lee, hemos llegado ya.

Oh y hoy tenía su consulta médica, tres semanas pasaron volando.

–Gracias señor Park. –El mayor asintió y entró al hospital. –Hola, tengo cita con el doctor Kim Nam Joon.

–Por su puesto señor, puede pasar.

Ella sonrió pero él no tenía ganas, solo hizo una ligera reverencia con la cabeza y fue donde era su consulta, se sentó a esperar que fuera llamado, sus manos se arrastraban suavemente por su vientre ahora un poco más votado, por su cabeza solo pasaba las palabras que escuchó el día que lo descubrió.

–Dale saludos al cornudo de tu esposo.

Esas 7 malditas palabras no salían de su cabeza, de hecho él tampoco, tenía tres médicos alrededor y no se daba cuenta, ni del sangrado de su nariz.

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⏰ Última actualización: Nov 13 ⏰

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Cornudo-NamJin[M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora