¿Qué se necesita para conquistar a ese sexy papá soltero? Oscar no está seguro, solo sabe que formar una familia tradicional y ser madrastra son sus planes principales.
Sergio solo tiene a Eli en su vida, su hija es la luz de sus ojos... pero por...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Oscarito ♥ mi amor
¿Y ya?
Eres cruel.
Checo
Y te encanta.
Oscarito ♥ mi amor
Pues, la verdad es que sí.
Te amo...
Sergio...
Checo
Confía en ti.
Pase lo que pase aquí estamos esperándote.
Te amo.
Oscarito ♥ mi amor
Gracias por estar en esto conmigo.
Son lo mejor que me ha pasado.
Checo
Concéntrate.
Eres el mejor.
Puedes hacerlo
No lograba llorar, las lágrimas se negaban a salir de sus ojos, el ruido ensordecedor, las luces cegadoras por todos lados, fuegos artificiales, flashes de cámaras, tantas personas acercándose para querer tocarlo, tomarse una fotografía, capturar el momento por el cual había soñado desde niño, pero algo estaba atorado en su interior, sentía que no estaba dando la reacción que el público esperaba, otra vez le repitieron la frase, nada ocurría... hasta que los vio.
Una niña que traía la gorra especial de "DRIVER'S WORLD CHAMPION Piastri 202*" gritaba de felicidad, el hombre de su vida la cargaba mientras sus ojos le transmitían lo orgulloso que estaba de él, pudo ver el amor verdadero reflejado en sus pupilas, y entonces lo supo, pasaría el resto de la existencia a su lado.
El casco fue dado a uno de los ayudantes, ni si quiera recuerda a quién, eso no importaba, sus piernas se movieron hacia ellos, tomó a Eli en sus brazos y ella rodeó sus bracitos en su cuello:
―¡Oscar! ¡Oscar! Eres Campeón del Mundo... ¡Felicidades! ―le dio un beso en la mejilla y ante la sorpresa de todas las personas que presenciaban este hecho histórico, las lágrimas descendieron hasta llegar a la barbilla.
Sergio al verlo en ese estado le puso la gorra, nadie más merecía ver el llanto de su chico, eran exclusivas para él todas las expresiones del piloto, ya sea de placer, satisfacción o en este caso de alegría extrema, así que con una mano en su nuca lo acercó:
―Te lo dije, sabía que lo ibas a lograr, ¡Felicidades amor! ― con los ojos visiblemente emocionados y conteniendo el llanto besó los labios del nuevo campeón, atrayendo las miradas de todos los presentes, Piastri sonrió lleno de una felicidad inconmensurable, por fin había logrado lo que se proponía: ganar el campeonato de pilotos y un bonito letrero en las pantallas: