unico.

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franco se sentó en uno de los sillones del paddock de williams racing, exhausto después de la carrera en el circuito de las américas.

y poco después, su compañero de equipo se unió a él, también visiblemente cansado.

—buen trabajo hoy, franco.—dijo alex amablemente.

—muchas gracias, alex.—respondió, estirando sus brazos y sus piernas para liberar un poco de la tensión que aún había en su cuerpo.—fue una carrera bastante difícil.

el tailandés asintió con la cabeza.

—si, yo tuve algunos problemas con la degeneración de los neumáticos.—se lamentó su compañero.—no pude mantener el ritmo en la segunda parte de la carrera.

antes de que pudiera responder, alex se levantó y se acercó a la pizarra frente a ellos, donde estaban anotadas las estrategias usadas en la carrera.

—creo que debimos haber optado por una estrategia más conservadora.—dijo alex, cruzando los brazos sobre su pecho.—la pista era muy exigente con los neumáticos.

franco se levantó y se unió al tailandés frente a la pizarra.

—si, tienes razón.—respondió.—pero también debemos considerar que la temperatura y la humedad afectaron mucho el rendimiento de los neumáticos.

después de analizar la carrera y discutir las estrategias utilizadas, franco y alex se despidieron. cada uno se fue a su respectiva sesión de entrevistas con la prensa.

y horas más tarde, franco se encontraba en su habitación de hotel, descansando después de un largo día. se había dado un baño relajante con agua fría y había cambiado su ropa sudada del día por una más cómoda y fresca.

se sintió aliviado de haber podido descansar un poco después de la intensidad de la carrera.

sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón y revisó los mensajes, sonriendo al ver uno de su papá.

se recostó en la cama y cerró los ojos, dejando que el cansancio se apoderara de él lentamente. pronto se quedó dormido, soñando con la próxima carrera y las oportunidades que se presentarían.

[...]

franco se despertó con el tono de llamada de su celular. contestó, y escuchó la voz emocionada de alex al otro lado de la línea.

—franco.—dijo su compañero.—¿quieres que vayamos juntos hasta el restaurante?—preguntó alex.

el argentino se sentó en la cama, confundido.

—¿qué restaurante?—preguntó.

—en el que tenemos que cenar esta noche.—respondió alex en un tono burlón.—¿no te acuerdas?

franco frunció el ceño, intentando recordar.

—creo que si... me parece que escuché algo sobre eso, pero se me olvidó completamente.

alex se rió.

—si, es fácil olvidarse de algo con todo lo que hemos estado haciendo. pero es una cena importante, todos los pilotos de la parrilla estarán allí. será divertido.

franco se levantó de la cama y caminó hacia el armario, en busca de ropa decente para salir a cenar.

—¿dónde es?—preguntó.

—solo sé que es un restaurante italiano y que está cerca del río. te envié la dirección, pero supongo que aún no la viste.—dijo alex.

—no, no la vi.—respondió con sinceridad.—¿qué hora es?

debajo de la mesa ; norpinto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora