Ni amigos ni enemigos [Chengxian]

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Wanyin regresaba de hacer un pago cuando los gritos y el llanto de una persona llamaron su atención, bueno, no solo de él, sino que de todos quienes pasaban por el lugar. Se acercó para ver si se trataba de algún accidente y grande fue su sorpresa cuando se encontró a su irritante vecino en una banqueta cerca de su edificio.

Él no quería ir porque tal como lo habían dicho, ya jamás iban a hablarse pero estaba sintiendo tanta pena por él que decidió acercarse y decirle que se callara porque estaba haciendo un show.

Al estar frente a él notó que aún tenía la caja de su pastel y de un momento a otro ya tenía a ese odioso abrazándolo como si su vida dependiera de ellos y diciéndole que lo habían rechazado.

—No entiendo, pensé que podría hacer que sintiera algo por mí —murmuraba entre lágrimas y teniendo su rostro escondido en el cuerpo del mayor que hasta el momento estaba estático—. Y, sin embargo, me hizo sentir tan mal con sus palabras.

—¿Quién? —por fin habló el mayor tratando de callar al otro pero sus pies parecían estar pegados al suelo porque ni siquiera podía moverlos.

—Wangji, él me gusta y muchísimo, hoy me confesé —dijo como si nada.

—Oh.

—Chefsito, ¿soy feo? —preguntó de la nada levantando la mirada y encontrándose con él rostro del contrario muy cerca.

—Sí —y el llanto del contrario aumentó—. No, eres bonito.

Por favor, que alguien le lleve cloro a Wanyin para enjuagarse la boca después de decir eso y sobre todo por decírselo a Wei Wuxian quien sonrió levemente.

—Gracias —y volvió a su anterior escondite con lágrimas aún cayendo por su rostro.

—Wuxian, creo que deberías soltarme, esto es vergonzoso.

—¿Sabes qué más me dijo? —ignoró por completo lo que dijo el mayor y volvió a hablar—. Que no soy su tipo, tal vez si tuviera vagina y buenas tetas sería su tipo —ironizó llorando.

—Ah.

—Chefsito, ¿soy tu tipo? —de nuevo preguntó sin sentido viendo a los ojos al contrario.

—Definitivamente, no.

Oh no, Wanyin no debió haber dicho eso pues el menor volvió a llenarse de lágrimas abandonando su rostro.

Ahora sí, Jiang cayó en la posición en la que estaban, viendo como todas las personas que pasaban lo observaban con enojo y eso fue lo que lo hizo actuar.

—Hey, Wuxian —tomó con ambas manos su rostro—. Sí eres mi tipo.

Eso hizo detener por completo el llanto del menor y su rostro se iluminó con un tono rojizo al mismo tiempo que se apreciaban a detalle.

De la nada, Wanyin sintió un dedo rozar rápidamente su labio inferior. WUXIAN SE HABÍA ATREVIDO A ESO.

—Tenías algo —se justificó.

Una niña empezó a llorar a unos metros de ellos y eso hizo que se alejaran viendo a todos lados menos entre ellos.

—¿Por qué todos nos ven? —preguntó acercándose al mayor.

—Has estado llorando como loco —respondió alejándose un poco.

—¿Nervioso, Jiang?

—Cierra el hocico y vete.

Wanyin empezó a caminar directo a su edificio y vió como Wuxian tomaba su pastel siguiendo sus pasos.

—¿A dónde vas? —le preguntó haciendo que ambos se detuvieran.