- Capítulo 44 (II) -

53 7 7
                                    

Le estaba escuchando respirar a escasos milímetros de mi rostro y podía jurar que en ese momento me estaba regalando instantes de felicidad con sólo notar como su respiración chocaba de lleno contra mi cara.

No sabía si hoy había recurrido también a la medicación para poder descansar pero, se le veía tan relajado y tan sumido en el sueño que decidí olvidar ese detalle y pensar que si lo hizo al menos, le ayudó pues, pocas veces le había visto durmiendo de esa forma y por tantas horas seguidas.

Cuando se acomodó para quedar de costado, justo delante de mi, aproveché para pasar mi brazo sobre su cuerpo y abrazarle, permaneciendo aún más cerca de él.
Había sido un día importantes con conversaciones que debían haberse dado hacía bastante tiempo pero que al fin habían llegado a encontrarnos.
Le había visto disfrutando como un niño corriendo de atracción en atracción, animándome a seguir el ritmo de sus mocasines, también le había visto orgulloso de haber creado ese lugar tan impresionante mientras me lo enseñaba con toda la pasión del mundo y también le vi abrirse en canal cuando me mostró sus marcas, su enfermedad tan visible y que tanto daño le estaba causando.

Se había mostrado a mí tal cuál, sin máscaras, sin ocultar nada más y eso le había acercado un poco más a mí o así era cómo estaba percibiéndolo todo desde que me abrazó dejando caer su peso sobre mi como si hubiera estado durante mucho tiempo con toda esa carga de inseguridad sobre su espalda.
Lo que no sabía y haría todo lo posible por hacérselo saber era que independientemente de lo que esa enfermedad pudiera hacer con su físico, para nada iba a cambiar la idea que tenía sobre él y mucho menos iba a cambiar ni un ápice de mis sentimientos por Michael.

Ya era muy tarde para echarme atrás, ni para que nada nuevo pudiera frenar lo que sentía por ese hombre que tenía completamente dormido delante de mi.

Mi mente empezó a analizar todo lo que estaba sintiendo por Michael mientras mis dedos fueron a parar a la parte de su clavícula que podía ver gracias a que los primeros botones de su camisa del pijama estaban desabrochados.
Sin darme cuenta asentí una sola vez dándole la razón total a mis pensamientos al reconocer que nunca antes en mi vida había empezado a sentir por alguien desde el minuto en el que nos presentamos, y no, tampoco había tenido sentimientos tan intensos por ningún hombre en tan poco tiempo y conociéndole tan poco. La verdad que, nunca un beso me había descolocado mentalmente a esos niveles como el primer beso que nos dimos cuando intenté recoger mi chaqueta de sus manos. Nunca me había mirando nadie de la forma en la que Michael lo hacía cuando hablaba o cuando ambos nos quedábamos en silencio, nunca. Porque nunca había sentido tanto por alguien.

Lo que me hizo pensar si de verdad estaba enamorada de Matt. O si lo estuve en algún momento.

Fruncí el ceño, confusa por mi propio pensamiento repleto de dudas y preguntas en fila que empezarían a dispararse en cuanto les diera permiso pero, todas permanecieron quietas en su sitio cuando escuché como Michael murmuraba algo que no pude entender. Le miré entonces, sonriendo un poco antes de volver a centrar mi atención en las marcas que se encontraban cerca del hueso de su clavícula. Sin poder evitarlo, acerqué mis labios ahí y dejé un beso con cuidado sin intención de despertarle o molestarle. Alzando un poco la cabeza me fijé en su rostro pero sus ojos seguían completamente cerrados por lo que, permití que mis dedos fueran a parar a ese mismo punto que acababa de besar para seguir acariciándole.

Mis labios, con ganas de besar su piel una vez más no se detuvieron y con la ayuda de mis dedos, apartando un poco más la tela de su camisa, me atreví a dejar otro beso en la parte superior del pectoral dónde encontré otra marca de mayor tamaño a la anterior.
Dejando que mi mano creara el camino que quería, aprovechando que el tercer botón de su camisa también estaba desabrochado, mis dedos volaron bajo la tela azul y acariciaron su abdomen y su costado, hasta llegar a su espalda donde mi mano se abrió por completo recordando las marcas que me mostró la noche anterior.
Mis labios entreabiertos estaban prácticamente pegados al centro de su pecho, mi nariz cada vez que respiraba hondo a propósito era para inhalar con un poco más de intensidad el suave aroma que desprendía la piel de Michael y quería seguir y seguir mucho más y supe que podía hacerlo cuando su mano se encargó de desabrochar los dos últimos botones de su camisa para permitir que mi brazo pudiera rodearle de todo con más facilidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

" Moonwalk "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora