Después de cambiarse el pijama, Trixi se puso su uniforme escolar. Miró su reflejo en el espejo, notando de nuevo el cambio en sus ojos. El color azul claro era hermoso, pero le recordaba la experiencia aterradora con el lobo y la aparición de Sora. Aún no lograba comprender completamente lo que había ocurrido, pero, por primera vez, sentía una mezcla de emoción y esperanza al pensar en su Ihui.
Al bajar al comedor, su madre la saludó con una sonrisa mientras colocaba un plato de comida en la mesa. "Trixi, ¿te sientes bien? Has estado un poco apagada últimamente."
"Sí, mamá, estoy bien," respondió Trixi, forzando una sonrisa. No quería que su madre notara lo que realmente sentía; después de todo, aún no entendía bien lo que había despertado en ella.
Apenas comenzó a comer, escuchó las risas de sus hermanas, Kaori y Kamie, quienes charlaban entre sí, sin apenas notar su presencia. Trixi intentó concentrarse en su desayuno, pero no pudo evitar sentir una leve envidia al ver cómo sus hermanas siempre brillaban, mientras ella permanecía en las sombras. Sin embargo, ahora tenía algo diferente, algo que podría hacerla destacar, aunque aún no comprendiera del todo cómo funcionaba su Ihui.
Cuando terminó de desayunar, se despidió de su madre y salió de casa rumbo a la escuela. Mientras caminaba, comenzó a sentir una extraña sensación, como si alguien la estuviera observando. Instintivamente, apretó su mano, sintiendo el ligero brillo de la marca en su piel. Sora apareció en un susurro de piezas de rompecabezas, caminando a su lado, aunque invisible para los demás.
"¿Sientes algo raro, Sora?" susurró Trixi, mirando a su alrededor con cautela.
"Sí, estoy percibiendo una presencia extraña a unos metros detrás de nosotros," respondió Sora, usando su habilidad de *Metavisión*. "No parece alguien peligroso, pero sí alguien... curioso."
Trixi trató de no voltear bruscamente, siguiendo el consejo de Sora. Continuó su camino, aunque más alerta que antes. La presencia los siguió por varias calles, pero cuando llegaron a la entrada de la escuela, desapareció. Trixi respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y confusión.
Al llegar a su clase, sus compañeros de escuela la miraron con sorpresa, algunos incluso murmuraron en voz baja sobre su cambio de color de ojos. Sin embargo, esta vez Trixi no se sintió incómoda; en cambio, una pequeña chispa de confianza surgió en ella, recordándole que ya no estaba sola. Cada vez que sentía nervios, cerraba su mano, y con eso bastaba para sentir la presencia de Sora cerca de ella.
A la hora del almuerzo, se sentó sola en su rincón habitual del patio, observando cómo sus hermanas compartían su almuerzo con otros estudiantes y recibían halagos. Mientras sacaba su comida, una figura alta y familiar se acercó a ella.
"Trixi Karnel, ¿verdad?" preguntó un chico de cabellos rubios y ojos grises, con una sonrisa amable. "Soy Erik, de la clase avanzada de combate. He oído sobre tus hermanas, pero tú... parece que tienes algo especial también, ¿cierto?"
Trixi lo miró, sorprendida por su atención. "¿Por qué me hablas? Mis hermanas son las que siempre llaman la atención," respondió, intentando ocultar su incomodidad.
"Quizás," dijo Erik, "pero las personas especiales a veces se esconden. Aún no he descubierto tu Ihui, pero estoy seguro de que no te falta potencial."
Trixi no supo cómo responder. ¿Alguien realmente la veía a ella, sin compararla con sus hermanas? Sin embargo, antes de que pudiera contestar, Erik se inclinó hacia ella con una sonrisa intrigante. "Tal vez podríamos entrenar juntos algún día," dijo antes de alejarse, dejándola sorprendida.
Mientras miraba cómo Erik se iba, sintió un suave cosquilleo en su mano. Al abrirla, Sora apareció a su lado, invisible para todos excepto para ella.
"¿Qué opinas de él?" preguntó Trixi en voz baja.
Sora la miró con una expresión indescifrable. "Es difícil saberlo, pero no parece tener malas intenciones. Sin embargo, creo que deberías ser cautelosa. Muchos podrían intentar acercarse a ti si sospechan de tu Ihui."
Trixi asintió, guardando ese consejo en su mente. Sabía que apenas estaba descubriendo su verdadero poder y que debía ser prudente. Sin embargo, por primera vez, sintió una ligera esperanza de que, tal vez, su vida no tendría que girar en torno a la comparación con sus hermanas.
Al finalizar el día escolar, Trixi decidió volver al bosque para entrenar nuevamente. Sora la acompañó, su presencia ahora una fuente de consuelo y seguridad. Al llegar al claro donde solía entrenar, respiró hondo y se preparó para poner a prueba su conexión con él.
"Sora, vamos a intentar algo nuevo," dijo con determinación.
Sora la miró, sus ojos reflejando una especie de comprensión profunda. "Estoy listo, Trixi. Intentemos llevar nuestros poderes al siguiente nivel."
Con esa promesa, Trixi comenzó a entrenar junto a Sora, sin saber que el camino que estaba emprendiendo la llevaría a convertirse en algo mucho más grande de lo que jamás imaginó.
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Perdón si es muy corto
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La Peor Generación
FantasyEstá es una historia de una joven...que se rompera y volverá armar una y otra vez...con su uihu lograra subir en lo más alto de los rangos hasta alcanzar el rango ss y ser la más fuerte...son su compañero ambos dándolo todo (Resuelvo preguntas caun...