4- Un momento más

4 0 0
                                    

Parece una eternidad estar en aquella oficina; fueron pensamientos constantes del presidente de JU construction, quien se encontraba saliendo en compañía de su mensajero Bang Ki-ho y, como si de un perrito faldero se tratase, siempre estaba detrás de él, aun cuando el presidente Hwang Dae-Woong no lo llamara para seguirlo de cerca.

¡Hoy fue un largo día, señor presidente! —exclamaba Ki-ho mientras se mostraba súper entusiasmado, mostrando sus impecables dientes.

Sin embargo, esa alegría lo inquietaba porque para Dae-Woong fue un martirio tener que ver un día más al pupilo de Shin Cha-il, el joven Goo Han-soo...

Mientras ambos hombres iban caminando en dirección al estacionamiento, su mente estaba tan absorta en meros recuerdos de esos días llenos de emoción y furia por Shin Cha-il. Sin percatarse, se le iba formando una ligera sonrisa dibujada en sus labios para luego soltar un ligero suspiro tras llegar a su auto.

Fue entonces que el mensajero Bang Ki-Ho, tras abrirle la puerta y ver a su jefe, quedó bastante pasmado al notar como la comisura de los labios del presidente Hwang Dae-Woong sonreía levemente, pero sin poder evitarlo se le formó un rubor involuntario tiñendo sus mejillas.

—Señor presidente... —soltó un suspiro un tanto corto para así proseguir con un susurro sutilmente nervioso mientras sonreía denotando su incomodidad. —A donde lo llevo... —pregunta, pero Dae-Woong, tras notar ese intento de no mostrarse nervioso, se le quedó viéndolo fijamente con una ceja levantada, dejando al pobre de Bang Ki-Ho en apuro, quien rápidamente se enderezó —¿Señor...? —como un viento helado entre ellos, el silencio se hizo presente, para luego verse un presidente serio diciendo...

—A casa... —en un tono frío y serio a la vez mientras se acomodaba en el asiento de atrás.

Apenas cerró los ojos, puso oír claramente un suspiro largo y pesado salir de Bang Ki-Ho y decir... —así será, señor presidente... —para luego oír como serraba la puerta y poco después oírse como abre la puerta del conductor.

Durante el viaje, Hwang Dae-Woong volteaba la cabeza a un lado para ver las luces de la carretera, tratando de calmar su cabeza cansada de tanto trabajo y, sobre todo, pensar demasiado en aquel hombre; a pesar de las peleas verbales y las rosas de poder, lo extrañaba con el pasar de los días y la parodia a su pupilo.

Fue entonces que mientras el auto se paraba en un semáforo en rojo, observó con sus ojos cómo Goo Han-soo estaba tan cerca de un extraño muchacho. Esto no solo lo sorprendió sino que también lo hizo bajar el vidrio para verlo mejor, y sí era él...

-Goo Han-soo... —Susurró, oyendose serio y bastante sorprendido de una manera que su mensajero, quien se encontraba conduciendo, se volteó a verlo preguntando.

—¿Quiere me acerque a él?

-no... —Hace una pausa bastante seria que para Bang Ki-ho no hizo más que seguir conduciendo, porque sabía que Han-soo estará en problema mañana y esto no solo lo dejaba feliz a Bang, sino más relajado. - mañana hablare con el..., por favor hasme recuerdo en la mañana...

Fue entonces que pasaron de largo, dejando a Goo Han-soo con aquel extraño, quienes poco después encaminaron sus pasos en dirección a un restaurante cercano.

------

Por otro lado, Shin Cha-il ya tan solo se encontraba en la ciudad y su alegría, felicidad y entusiasmo era tanta que dejó de lado ir a un apartamento a rentar un cuarto, que priorizaba su anhelado encuentro entre él y su querido Goo Han-soo, conduciendo en dirección al negocio de los padres de Han-soo, ese restaurante de pollos fritos, esperando verlo allí.

Sin embargo, tras llegar y estacionar el auto, quedó completamente en shock al ver con sus propios ojos como el modesto restaurante se encuentra serrado; tal parece que ya hace tiempo nadie vive allí.

—Se mudó... —soltó como de un suspiro se tratase ese tenue susurro cargado de tristeza y cansancio, mientras salía de su auto sin apartar la mirada de esas puertas metálicas. Goo Han-soo —susurró mientras se recargaba contra la puerta de su auto, serrando sus ojos cansados.

Y en medio de la oscuridad de la noche, después de un largo tiempo contemplando en silencio aquel restaurante, toma fuerzas para disponerse a ir en busca de un hotel, ya que a la hora que ya eran, le sería difícil encontrar algún apartamento abierto dispuesto a recibir a un nuevo inquilino.

Tras entrar a su auto y encenderlo, le dio una última mirada a aquel establecimiento que cargaba lleno de recuerdos.

Tiempo después, una vez que se encontraba instalándose en un cuarto de hotel próximo a JU Construction, optó por salir a tomar aire y deambular por las calles esa noche que prometía ser inolvidable, pero resultó ser más que sus ilusiones hablando le.

Ya cuando se encontraba fuera del hotel, observó con añoranza a su alrededor mientras iba caminando y en su camino, tras ir en busca de algún lugar donde cenar, observó con asombro un nuevo puesto de marisco. Tras verlo, no evitó sonreír, ya que su vida en aquella isla pesquera se acostumbró tanto en alimentarse con comidas marinas, así que encamino sus decididos pasos mientras esbozaba una sonrisa cargada de emoción.

---------

La noche apenas pintaba un escenario que prometía todo, si uno va bien acompañado y que más uno quiere cuando alguien quiere olvidar para seguir adelante, mientras que otro solo está allí como una pequeña pieza sin dañar a nadie, pasándola bien en un modesto y moderno restaurante de mariscos, compartiendo una cena agradable.

El joven Goo Han-soo y su salvador, mientras reían y hablaban tranquilamente, como dos cómplices, no hasta que en el reflejo de uno de los grandes cuadros que estaba puesto detrás de su acompañante observó con asombro la silueta y facciones de aquel a quien trataba de olvidar, tanto fue su sorpresa que dejó caer su cuchara sopera, haciendo que se derramara una pequeña parte de su contenido sobre la mesa, para luego así sin más levantarse de su asiento y dejar a su salvador extrañado sin entender que pasaba.

-Goo Han-soo...?

Sin embargo, este no hizo más que ignorarlo y salir en búsqueda de aquel hombre... su mentor, su maestro, el responsable de tenerlo sin dormir bien los últimos 10 años.

-Shin Cha-il...!

deja soltar un largo y pesado suspiro mientras se queda estático en medio de aquel restaurante y ver que aquel hombre no está presente..., era acaso producto de su imaginación?, ya habrá empezado a alucinar?, preguntas como esas iban rondando por su mente al voltear a ver a su alrededor y ver a todos los comensales presente en aquel restaurante, pero nada..., no hallaba a su antiguo jefe.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

10 years later!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora