La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por la luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas. Alex dormía profundamente, su respiración tranquila y regular. A su lado, Mal0 permanecía despierta, sus ojos blancos y brillantes reflejando el pesar que aún sentía tras el regaño de Alex. La culpa y la angustia la mantenían inquieta, preguntándose si lo había decepcionado de manera irremediable.
Sin embargo, cuando volvió la vista hacia él, notó que Alex, incluso dormido, no se había apartado. Estaba a su lado. Esa simple cercanía calmó ligeramente su agitación. Con movimientos lentos y cuidadosos, Mal0 se acomodó a su lado, temerosa de hacer algo que pudiera perturbarlo.
Con cautela, lo rodeó con sus brazos, su cuerpo tensándose mientras trataba de contener su fuerza. Su pelaje, oscuro y suave, cubrió a Alex como un manto cálido. En su sueño, Alex reaccionó de manera instintiva, dejándose llevar por la textura cómoda y esponjosa que sentía bajo su mejilla. Sus brazos, aún dormido, se movieron para corresponder el abrazo, presionando contra el pecho de Mal0 como si encontrara en él una almohada cálida y reconfortante.
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Mal0 sintió su corazón acelerarse al notar la respuesta de Alex. La suavidad de su toque le transmitió una sensación de pertenencia y seguridad que tanto había anhelado. Cerrando los ojos, permitió que el momento se extendiera, disfrutando del calor de su cercanía. Aunque el temor aún revoloteaba en el fondo de su mente, en ese instante, sintió que todo estaría bien.
Alex, con una mezcla de sorpresa y arrepentimiento, se quedó quieto, sin querer despertarla. Sus palabras de la noche anterior volvieron a su mente, y una profunda pena lo invadió. Con mucho cuidado, se giró hacia ella, la observó en silencio, y, por un momento, no supo qué hacer.
Mal0, al sentir su movimiento, abrió los ojos lentamente. Cuando sus miradas se encontraron, un doloroso silencio se extendió entre los dos. Mal0 no habló, pero sus ojos reflejaban una tristeza que le dolía más que cualquier regaño.
Alex: Lo siento, Mal0... no quise... no quise hacerte daño. Estaba molesto, y... me dejé llevar.
Mal0 levantó la mano con torpeza, tocando suavemente su mejilla, como si intentara consolarlo. Entonces, agarra la mini pizarra. Con su diminuto marcador, escribió en ella con lentitud, como si escogiera cuidadosamente las palabras que quería expresar.
Mal0 {La pizarra ya escrita}:No me molesta, Alex. Se que no querías ir la invitación de tu compañero.
Alex miró la pizarra, sintiendo el peso de sus palabras. El arrepentimiento lo inundó, y por un instante, la idea de que su enojo había lastimado a Mal0 lo quebró. La tristeza de ella se reflejaba claramente en esos pocos trazos que había escrito. Alex tragó saliva, la culpa pesando sobre él.
Alex: Te lo prometo, no quería que te lastimara__ dijo su voz apenas un susurro.
Mal0, con un pequeño suspiro, le sonrió levemente, y con un gesto más decidido, comenzó a levantarse de la cama. Era claro que aún había heridas que sanar, pero la forma en que se miraban ahora mostraba que, al menos, la barrera de incomunicación estaba empezando a desmoronarse.