Capitulo 2

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Parte esencial de tu persona es saber lo que quieres ser en la vida, es toda tu responsabilidad conocer en qué dirección dirigirte, pero sobre todo, cumplir tus metas y límites sin culpar al "Soy así porque..." odio a las personas que se victimizan por haber tenido una infancia de mierda. Sí, fue jodido, pero ¿sabes? ¡Supéralo! Ve afuera, cómete el maldito mundo de una buena vez, haz algo con tu jodida vida, sobre todo no te estanques a llorar por algo que no tiene remedio. Ese consejo me repetí en mi primer día en New York, cuando tuve mi culo llorando por más de tres meses y parecía un mártir. Solo por tener una nueva oportunidad. Mi cuerpo está caliente, sediento y ardiendo.

Agradezco haberme sacado la camisa y abajo con el sudor crudo corriendo por todo mi cuerpo.

-Más... ¡Más! -gruño.

Mi corazón está latiendo frenético, rogando el siguiente respiro mientras todo en mí se contrae dolorosamente. Me muevo más fuerte sintiendo ese frenesí que siempre llega en este punto. Estoy ahí, justo en esa zona de placer y dolor.

-Dios... Solo un poco más -pido.

En todo el ardor de mi acalorado cuerpo logro escuchar algo molesto. Mi celular está timbrando, cortando la voz de Imagine Dragons, Natural, al instante. Maldigo al ver la pantalla y toda la excitación desaparece. Luego mis pies parecen enredarse uno con el otro y caigo del golpe en la calle. Vocifero en contra de todos mis antepasados interponiendo mis manos y evitando romperme la cara. Mi respiración es irregular cuando vuelvo a ponerme sobre mis pies. Maldito seas Holden Greystone.

-¡Deberías quedarte en esa posición, nene! grita un afroamericano en la
esquina agarrándose la entrepierna y haciendo movimientos con la cadera. Sin pensarlo mucho le muestro mi dedo medio y me inclino tomando mi celular

-¡Tengo suficiente polla para ese trasero!

-¡Vete a la mierda! -bufo volviendo sobre mis pies para alejarme del idiota.

Una extraña sensación de ser observado llega y miro sobre mi hombro comprobando al imbécil quien ya está encendiendo un cigarro sin prestarme más atención. Apresuro más mi paso trotando hacia el  departamento el cual comparto con mi mejor amiga encontrando este en silencio. Sigo derecho a la ducha porque estoy sudoroso y enojado conmigo mismo por no lograr correr más de una hora como tenía previsto.

Mi pelo es un desastre para cuando pongo un pie en mi habitación y desearía que fuera como en las películas donde el chico sale con este mojado y seis segundos después tiene un pelo seco y brillante. No tengo tiempo, me recuerdo una vez más mientras me inclino por mi ropa interior.

¡yeri! -chillo desde mi puerta. ¿Dónde está mi camisa de lunares? Silencio, más silencio. Estoy seguro de que ha decidido tirar a la basura mi camisa favorita, el cual no es digno de tener más uso.

-¡yeri! -insisto sin obtener respuesta.

Maldita, seguro se ha ido dejándome con mi absurda búsqueda, ¿cómo puede ser posible que no le guste? Resoplando de forma escandalosa busco entre la montaña de ropa, recuerdo que dejé una camisa negra por algún lugar en la pila.

-¡Bingo! -proclamo encontrando la preciada prenda. Voy a matar a yeri.

-Los hombres en uniforme son tan ardientes.

Tapo mi cuerpo en cuanto entra a mi habitación, con un cesto de ropa vacío en sus manos. Yeri niega con la cabeza al mirar mi reacción.

-Veo cuerpos y culos todos los días, yoonki, ¿recuerdas? Soy modelo.

-Bueno, los míos no forman parte de tu preciada lista. Y es Yoongi.

-Lo sé. Encoge sus delgados hombros. yoonki.

ombre nobili 《 kookgi》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora