capitulo 5

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El silencio entre ellos se extendió, pesado y cargado de significados no pronunciados. Jungkook no podía apartar la mirada de Jimin, y el hecho de que el rey lo mirara con esa intensidad solo aumentaba el caos dentro de él. Las palabras que Jimin había dicho no podían ser ignoradas, pero ¿qué debía hacer con ellas? ¿Cómo podía enfrentar lo que sentía, cuando su corazón aún estaba dividido entre el deseo y el miedo, entre la rabia y la vulnerabilidad?

Jimin, al ver que Jungkook no decía nada más, dio un paso atrás, pero su mirada seguía fija en él, como si estuviera esperando que algo se rompiera dentro de él. Un reconocimiento, una aceptación, tal vez incluso un rechazo. Cualquiera de esas respuestas podía ser suficiente, pero, de alguna manera, parecía que el rey ya conocía la respuesta que Jungkook aún no estaba dispuesto a admitir.

"Te dejo pensar en todo esto," dijo Jimin suavemente, como si no quisiera presionarlo más de lo que ya lo había hecho. "No quiero que tomes decisiones apresuradas. Lo que sea que decidas, será tu elección. Solo te pido que lo pienses con claridad, sin que mis palabras te atormenten. Sé que esto no es sencillo."

Jungkook asintió lentamente, aunque sabía que las palabras de Jimin seguían resonando en su mente. La idea de que podía decidir por sí mismo, sin la manipulación de la que tanto había huido, lo desconcertaba. Había vivido tanto tiempo controlado por las decisiones de otros, por el miedo a no ser suficiente, a no encajar, que la idea de ser dueño de sus propios sentimientos lo aterraba.

"Está bien," respondió finalmente, su voz baja, casi en un susurro. "Lo pensaré."

Jimin lo observó por un momento, y aunque su expresión seguía siendo distante, había algo en su mirada que sugería que comprendía más de lo que Jungkook quería mostrar. El rey dio media vuelta, sus pasos resonando en el suelo mientras se alejaba. Sin embargo, antes de llegar a la puerta, se detuvo.

"Solo recuerda una cosa, Jungkook," dijo, sin volverse a mirarlo. "No siempre somos dueños de nuestros corazones. A veces, son ellos los que nos dominan."

El sonido de sus pasos se desvaneció en la distancia, y Jungkook se quedó allí, solo en el salón. Las palabras de Jimin lo rondaban, pero también había algo en ellas que lo inquietaba profundamente. ¿Qué significaba eso de ser dominado por el corazón? ¿Qué pasaría si, al final, él mismo fuera el que no pudiera controlar lo que sentía?

La idea de ceder a sus propios sentimientos lo aterraba, y sin embargo, cada vez que pensaba en Jimin, el miedo se disipaba un poco. No era solo la atracción física lo que lo envolvía, sino algo mucho más complejo, algo que se movía en las profundidades de su ser. Como si, al estar cerca de él, Jungkook pudiera ver partes de sí mismo que no había permitido salir a la luz, por miedo a ser rechazado, por miedo a ser vulnerable.

Cerró los ojos, respirando profundamente, buscando algo de claridad. Pero, en ese momento, el recuerdo de la mirada de Jimin, su sonrisa, su toque, todo parecía arder con una intensidad que no podía ignorar.

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Los días siguientes pasaron lentamente. La rutina del palacio seguía siendo la misma: los ejercicios, las pruebas, las constantes confrontaciones con su propio miedo, con la duda. Pero, a pesar de todo, había algo diferente. Jimin ya no era solo el rey que lo había atrapado en su propia prisión. Ahora, algo más se había añadido a esa relación que ambos compartían, aunque ninguno lo entendiera por completo.

Jungkook comenzaba a ver los pequeños cambios en la forma en que Jimin lo miraba, en la suavidad de su voz cuando hablaba con él, en los gestos que antes habrían sido insignificantes, pero que ahora llevaban un peso mucho mayor. La guerra de voluntades seguía, pero en algún lugar entre las sombras, algo más florecía: un lazo que no podían ignorar.

" 𝗼𝗯𝘀𝗲𝘀𝗶𝗼́𝗻 𝗿𝗲𝗮𝗹" 𝓳𝓲𝓴𝓸𝓸𝓴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora