100 cartas antes de morir

Dear You

Dear you:

Tú que todo lo has de saber, siempre tú dando vueltas por mi cabeza, no lo puedo evitar.

¿Cómo te encuentras hoy? ¿Sabe mejor ese pudín?

Tantas preguntas que se atoran en mi garganta cada vez que pienso en ti.

¿Cómo se supera un amor que nunca ha comenzado realmente? Dime, ¿Cómo lo haces tú para mantenerte al margen? Siempre tan distante, siempre tan coherente.

No quiero seguir soñando con tu presencia, no quiero seguir deseando tu estadía, pero cada vez que cae la luna y me siento en esta vieja silla, contemplo el futuro y te dibujas en él suavemente.

Sabes que las cartas no mienten, no hay nada más puro que un extraño sosteniendo una tirada mágica que no debería decir nada de ti, pero ahí estás. Quizás en la próxima vida yo sea tuyo y tu seas mía.

El amor es una trampa y tú eres un cazador, yo soy una presa inocente que huye de ti, de tus manos en fuego y de tus ojos asesinos, pero cada latido es un paso más al vacío y me pregunto si alguna vez cruzaré tu mente realmente.

Odio esa condescendencia en tu voz, sabes que estás leyendo un guión, sé que lo estás haciendo y me pregunto cuando dejó de importarte todo el mundo. Ahora eres solo tú, debería comenzar a odiarte, pero esa parte de ti sigue incrustada en mi corazón, es la bala con la que me mataste en vida.

Estoy ligeramente perdido, cayendo, tal vez, demasiado profundo.

La mirada baja se ha convertido en una constante y ya no sé si amo, honestamente ya no sé qué significa, pero sigues dibujada en mi horizonte y desearía sacarte de mis latidos, desearía que dejaras de correr por mis venas.

Así que ahora deja de vestir esa máscara y cuando creas que todo se ha acabado, probablemente, siga estando allí, esperando por ti.