Cinco años después.
Los sonidos de la gente gritando a todo pulmón inundaban el estadio de una capacidad de más de un millón de personas, en donde, en pocos minutos, se iniciaría la disgregación. Era un estadio común, grandes pantallas digitales se movían alrededor de este, con luces y música que llenaba d ambiente el lugar, lo único que lo hacia diferente de los otros era que en vez de tener una pista de carreras o pasto había unos grandes tubos, partidos a la mitad, que se conectaba entre si, creando así un laberinto. Los tubos estaban hechos de un material sofisticadamente resistente que por fuera se podía ver con claridad lo de adentro, pero por dentro no se veía el exterior.
—¡Buenas noches damas y caballeros! —hablo una áspera pero alegre voz —. En pocos minutos comenzara por lo que nos hemos reunido aquí... ¡A ver la disgregación! —se escucharon gritos, silbidos y aplausos de parte de todos —. Pero mientras tanto disfruten de la comida, las bebidas y no se olviden de hacer sus apuestas.
Todos gritaban mientras veían en la pantalla como los minutos se volvían segundos. En el tablero, que estaba dividido en nombre, asesinatos y muertes, comenzaron a aparecer las fotos de cien personas.
—¡La disgregación esta por comenzar!
En las pantallas cambiaban de color conforme el numero cambiaba y dentro de los tubos comenzaban aparecer poco a poco, como si fueran pixeles, aquellas personas que se mostraban en el tablero.
—Los concursantes se encuentran en sus posiciones —hablo esta vez una monótona voz de mujer —. Antes de que el reloj marque cero e de decir lo siguiente.
"No esta permitido atacar antes de que la sirena suene.
"El poder no puede usarse pasado de los dies minutos.
"El ganador será el que más asesinatos cometa.
"Los ataques deben de cesar una vez que la hora haya pasado.
Los números comenzaban a acercarse poco a cero, poniendo a toda la multitud nerviosa eufórica.
—El ganador se llevara a casa ciento cincuenta mil doscientos exis —los concursantes sintieron su sangre arder de la excitación —. Con todo esto dicho comienza la cuenta regresiva.
—Diez...nueve...ocho... —comenzaron a repetir a coro todos los presentes —, cinco...cuatro...tres...dos...uno... —el sonido de un cañón lleno la estancia dando por iniciado la disgregación.
Karma Akabane, cuando escucho aquel sonido tan familiar, miro a su derecha e izquierda, y con una rápidas imposible saco de sus pantalones estilo militar tres dagas las cuales lanzo a sus contrincantes dándoles de lleno en la cabeza.
—Concursante trece, veinticuatro y treinta han sido eliminados —el tablero les marco una equis encima de sus imágenes.
La multitud enloquecido de la emoción.
El pelirrojo con un ligero movimiento de manos atrajo de vuelta sus más fieles compañeras. Sonrío de lado antes de continuar con la lucha.
Corría, peleaba, golpeaba y mataba a todo aquel que se encontraba en su camino, no le importaba quien fuera, hombre, mujer, niño o anciano, ¿Qué importaba? Estabas allí para matar y ser asesinado, la vida de un disgregado.
Una bola de fuego la paso rozando la oreja, quemando un poco su lóbulo, provocándole un fuerte dolor, se dio vuelta y se encontraba frente a frente con un chico de cabellos verdes, con piercing en toda su cara, vestía una chaqueta de mezclilla, pantalones como los suyos pero en color rojo. Este le mostró una sonrisa de lado zancarrona. Karma solo gruño antes de sacar su pistola y le empezar a dispararle, mientras esquivaba con ágilmente cada ataque de bolas de fuego que le lanzaba. Las balas antes de poder si quiera acercarse al muchacho estas se derretían. Antes de que un de un circulo ardiente le pegara en el pecho se hizo a la izquierda quedando protegido en una pequeña abertura.

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Disgregarse
Fanfiction¿Que pasaría si antes de morir una voz te dice que te puede hacer eterno, pero a cambio tienes que hacer un pacto?, ¿Aceptarías o...lo rechazarías? Karma y Nagisa van a morir, en mismo día, a la misma hora pero en diferentes lugares, pero su destin...