🐚THE SUMMER I RETURNED TO US│ ❝ You were all at once 'til the fade to black
'Til the yellow glow turned a little sad
You were in my hands, but you're good at leaving ❞.
Han pasado tres veranos y tres inviernos desde que Olive dejó de caminar en la...
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¿Qué haces cuando lo que creías que era tu destino se desmorona frente a tus ojos?¿A dónde ibas cuando de repente ya no eras parte de lo que solía ser tu vida?
Olive le había dedicado cada segundo de su vida, cada lágrima derramada y esfuerzo en construir lo que sería una vida perfecta como bailarina de ballet. Nadie le había advertido sobre la posibilidad de que su carrera podría acabarse en un abrir y cerrar de ojos, porque no se suponía que ella fallaría en ese mundo, había nacido para ser bailarina profesional de ballet.
Olive nunca había conocido lo que era quedarse sin el motivo de su existencia, de perder su sueño cuando eso era su todo, hasta esa noche. Había escuchado a los doctores advertirle de que su pierna ya no era apta para el exigente trabajo que debía de hacer, qué más podría perder si no se retiraba de ese mundo, pero ella no podía simplemente detenerse, tirar todo a la borda. No podía dejar que todo lo que sacrificó para llegar a dónde estaba fuese en vano.
Así que siguió insistiendo, mintiendo de que estaba perfectamente bien cuando solo sentía un hoyo en donde su sueño solía estar. Pasó algunos meses más en la academia, viendo doctores a escondidas y buscando cualquier cosa que le sirviera para ignorar el dolor incesante que la herida le provocaba, buscando una vida que ya no le pertenecía.
Sin embargo, ni sus mayores intentos en recuperar su sueño sirvieron, porque volvió a colapsar cuando el dolor se volvió tan insoportable como para seguir ignorando, arruinando la única oportunidad que seguía teniendo de estar en un escenario.
—Olive, ¿me estás entendiendo?—el doctor interrumpió el frenesí que corría por su mente, provocando que la mirada de la jóven se fijara en él.
—Sí, claro—mintió Olive al cabo de unos segundos, sintiendo la garganta cerrada mientras se obligaba a forzar una sonrisa.
Fingir... Eso era lo que había estado haciendo durante todo ese tiempo, fingir que el mundo estaba en equilibrio, mientras se ahogaba en lo más profundo de su ser. Estaba harta de pretender.
—Bueno, como decía, el accidente que tuviste causó un daño considerable en tu pierna...—el doctor continuó, buscando las palabras adecuadas, aunque nada lo suavizaría—. La fractura fue grave y, aunque logró sanar, el que se haya forzado la pierna después del accidente ha provocado daños adicionales.
Sintió cómo el suelo parecía desmoronarse bajo sus pies, cada músculo de su cuerpo tensarse mientras se aferraba a su silla, buscando algún ancla en la tormenta de emociones que estalló dentro de ella. La fémina habría mentido si hubiese dicho que no sabía que eso diría, porque lo sabía, pero no significaba que doliese menos.
—Olive, me temo que si vuelves a intentar bailar a nivel profesional, pondrías en riesgo tu salud y podrías sufrir consecuencias más serias, permanentes incluso.
—¿Y si hago...?—Olive comenzó a hablar, pero su voz se quebró antes de que pudiera finalizar.
—Lo lamento mucho, Olive, pero no puedo autorizar que vuelvas a bailar—musitó con delicadeza el médico, viéndola del otro lado de la mesa—. Sé cuánto significa el ballet para ti, pero sería demasiado riesgoso exponerte nuevamente a ese mundo. Tu salud es lo primero, lo entiendes, ¿verdad?
