Secretos

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—Oh, no, no, no... —murmuraba Callie mientras escudriñaba desesperada el claro al límite del Bosque Prohibido, donde Kettleburn solía impartir sus clases—. Maldita sea, ¿dónde estás?

Se arrodilló para mirar bajo las mesas de madera, tras los árboles e incluso debajo de algunas piedras, aunque sabía que era imposible. ¿Dónde demonios podía haberse metido?

—¿Qué haces? —preguntó una voz divertida detrás de ella.

Callie dio un respingo, chocándose la cabeza contra una rama baja mientras se levantaba de golpe. Se giró rápidamente, llevándose una mano al lugar del golpe.

—¡Theron! —exclamó, aliviada al ver a su amigo centauro—. ¿Qué haces aquí?

No era habitual que los centauros, ni siquiera Theron, se acercaran tanto al límite del bosque.

—Yo solo... —titubeó Theron, antes de fijarse en el caos evidente de Callie, que miraba por todas partes como si el mundo se fuera a acabar—. ¿Qué estás buscando?

—A Nugget —dijo Callie con un suspiro frustrado—. Kettleburn me va a matar por perder a otro.

—¿A quién? —preguntó Theron, frunciendo el ceño con incredulidad.

—Un escarbato —respondió Callie, moviendo las manos con impaciencia—. Uno de los que Kettleburn iba a usar en su próxima clase con los de cuarto año. Me dejó jugar con él por un momento... y lo perdí. Seguro que vio algo brillante, pero no sé qué... ¡Solo me despisté un segundo!

Theron alzó las cejas, cruzándose de brazos con una sonrisa divertida. 

—¿Y cuántos escarbatos has perdido ya? Porque hablas como si esto fuera una costumbre.

Callie lo fulminó con la mirada. 

—No es gracioso. Bueno, tal vez un poco. ¡Pero esta vez de verdad necesito encontrarlo!

Theron suspiró y miró a su alrededor, afilando la vista. 

—Está bien, deja de agitarte como una gallina sin cabeza. ¿Por dónde lo viste por última vez?

—Por aquí —dijo Callie, señalando vagamente a su alrededor—. Pero no he visto ninguna pista, ni huellas...

—Eso es porque no sabes buscarlas —respondió Theron con un tono que rozaba la burla, mientras se inclinaba y examinaba el suelo con cuidado.

Después de un momento, Theron se enderezó con una sonrisa triunfante. 

—Encontré esto —dijo, señalando un rastro de tierra removida que serpenteaba hacia unos arbustos cercanos.

Callie se apresuró a mirar donde él indicaba, sus ojos iluminándose. 

—¡Sabía que eras útil para algo!

Theron bufó y la siguió mientras se acercaba al arbusto. Cuando lo apartaron, encontraron a Nugget con las patas delanteras metidas en la tierra, excavando frenéticamente para alcanzar algo brillante.

—¡Ahí estás, pequeño ladrón! —exclamó Callie mientras se agachaba para atrapar al escarbato.

Nugget se resistió, intentando huir hacia otro arbusto, pero Callie fue más rápida y logró sujetarlo con ambas manos. Lo levantó, sujetándolo firmemente pero con cuidado, mientras el pequeño escarbato agitaba las patas en el aire, aún aferrado a un botón brillante.

—¿Qué tienes ahí? —preguntó Theron, inclinándose para observar.

Callie suspiró, quitándole el botón con suavidad. 

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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