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Song-Cuenta conmigo-Río Roma

La chica llegó a su casa y abrió la puerta con lentitud para no ser escuchada, volvió a su camioneta y abrió la puerta agarrando al Dios el cual seguía inconciente

Lo llevó hacia la puerta y lo dejó caer provocando una risa en ella, volvió al auto. Buscó sus cosas al llegar a la puerta, observó a su madre mirando sorprendida al hombre en el suelo

—Mamá, no crees que es muy temprano para estar levantada—dijo mirando su reloj el cual decía 4:30

—Un fuerte golpe me asustó y quise ver que era

—Sin protección—habló la pelirroja mirando como la mayor estaba desarmada—Bueno al menos no fue nada grave, solo este chico que pesa más que una roca. Podrías guardar mis cosas—le extendió dichos objetos mientras ella cogía el cetro—Esto venía con él

—Cariño, no sé qué sucedió pero pudiste estar en peligro—dijo preocupada observando como su hija apoyaba al desconocido en sus hombros

—Nah, lo más peligroso que hice fue casi sacarme un ojo con este casco—golpeó débilmente los cuernos—Lo llevaré a la habitación de invitados ya que es mi culpa que esté así

Cogió el cetro con el pañuelo y caminó hacia una esquina donde a pocos pasos estaba una puerta, la abrió y lo dejó caer en la cama que allí había, el cetro lo guardó en el armario

—¿Esto se quita?—se preguntó mirando el casco, se encogió de hombros para observarlo detenidamente

Era guapo y la combinación de las ropas le quedaba bien, sin embargo estas eran un estilo que nunca había visto. Salió de la habitación para hacer sus quehaceres

—Hija—ella miró a su madre quien mostraba un rostro de pura preocupación—¿Estás segura de que esto está bien? Podría ser un asesino o algo

—Bueno está un poco loco supongo, pero, debo darle una disculpa ya que fui yo quien lo dejó inconciente—se sirvió un café y miró a la mayor—¿Hay alguna otra cosa que te preocupe?

—No—la mujer desvió la mirada, la pelirroja sabía que ocultaba algo pero no preguntó—Creo que es mejor que te alejes de él, parece alguien peligroso

—Está bien te haré caso solo para que no te preocupes—la mayor suspiró aliviada—Pero después que me responda unas preguntas

La castaña suspiró cansada asintiendo, besó la frente de su hija y salió por la puerta, ella se encogió de hombros siguiendo con sus quehaceres

Al cabo de unas horas Loki despertó reincorporándose rápidamente en la cama. Llevó su mano a su mejilla golpeada, se supone que había viajado a Midgard para efectuar su plan de invadirla junto a los Chitauris, sin embargo para traerlos tenía que firmar un portal con el Tesseracto el cual está en Nueva York

Era simple encontrar el Tesseracto y destruir Midgard

Si no hubiera sido porque su localización estaba muy lejos de dicho objeto con una midgardiana extraña. Lo que más recordaba de ella era su incesante voz emocionada y un voluminoso cabello con rizos color zanahoria

Recordó su cetro y lo buscó con la mirada con desesperación, estaba en una habitación casi completamente blanca si no fuera por las pequeñas estrellas amarillas y planetas coloridos

Casi como la habitación de un infante. La puerta se abrió mostrando a su captora con una pequeña sonrisa, frunció el ceño, ella traía una taza en la mano, tenía unos ojos azules que lo miraban incómodo

—Buenos días, perdón por el golpe—dijo entrando hasta quedar delante de la cama-—Seamos sinceros, no te hubiera dado un batazo si tú no hubieras levantado tu bastón ese

—¿Dónde está?—preguntó con una voz profunda bañada en seriedad levantándose de la cama

—¿El bastón?—inclinó su cabeza. Loki solo frunció más el ceño—Esta en ese armario—señaló con sus ojos el mueble al lado de él

El dios lo miró de manera extraña

—¿No vas a detenerme?—preguntó quieto

—Depende de tu comportamiento. Si coges ese bastón e intentas atacarme recibirás otro golpe de mi parte, pero, si eres un buen chico puede que no te haga nada. Tu eliges—declaró con una sonrisa

Loki lo pensó, si era rápido podría cojer el cetro y manipularla ya que no veía que la midgardiana no traía ningún arma, sin embargo, si no lo hacía se ganaría la confianza de ella y sería más fácil llegar al Tesseracto ya que lo único que sabía era de su existencia en New York

Loki era inteligente, no lograría su objetivo sin aliados en Midgard y aunque le pese en su orgullo necesitaba la ayuda de esa mujer

Suspiró destensando sus hombros, miró a la pelirroja

—Bien, esperaba algún ataque pero esto es mucho mejor—sonrió quitando su mano de su espalda, el dios no quiso saber que ocultaba detrás de ella—Antes que nada, me presento. Hannya Allen ¿Y tu eres?—el hombre dudó

—Loki—respondió simple

Ella iba a reír pero aguanto las carcajadas inflando sus mejillas, se tapó la boca cerrando sus ojos

—Perdón, perdón... pero, es que— soltó una risita—Eso fue un buen chiste, la verdad—Loki volvió a fruncir el ceño—Oh, es tu nombre real—ella sonrió—¿Y? También tienes un hermano musculoso llamado Thor, una increíble madre llamada Frigga y tú padre es padre de todos, ¿no?—dijo burlona recargándose en una pierna

—No es mi padre—dijo con desprecio

—Lo que tú digas. Amigo disculpa pero tú perspectiva de la realidad es muy errada, ¿quieres que te lleve al psiquiátrico? Una cita con el psicólogo

Sintió como la colgaban del pie haciendo que suelte un grito de sorpresa, ella abrió la boca sorprendida mirando desde su posición como el pelinegro la veía aburrido

—Esta bien lo que me dices es verdad—Loki deshizo el hechizo haciendo que la chica caiga al piso—No podías ser más delicado—se quejó levantándose—¿Como lo hicistes?—se acercó curiosa mirándolo—Acaso los cuernos contienen magia

Loki rodó los ojos con molestia empezaba a dudar de que esa chica le sirviera de algo en su búsqueda

—Loki, ¿me estás escuchando?

WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora