el trato hecho.

17 2 0
                                    

Diego intento llamar nuevamente pero la línea siempre aparecía ocupada. No le presto mayor importancia al asunto y dejo el teléfono de lado. A medida que la noche se acentuaba, el sueño también lo hacia, no paso mucho tiempo antes que él se quedara dormido, era un sueño tan profundo, casi como una posesión, parecía que su mente se liberaba de su cuerpo y se comenzó a elevar... Aquello mas que un sueño parecía ser una visión, el enigmático personaje del otro lado del teléfono estaba cumpliendo su promesa a cabalidad, ahora estaba visitando a Diego dentro de sus sueños. Ambos se encontraban en un vacio total, Diego se sentía muy lucido, sabia que no era solo un sueño, y aquel personaje se encontraba justo frente a él. Pero a pesar de la cercanía era imposible vislumbrar rasgo alguno. El ente se encontraba rodeado por una densa niebla oscura que solo dejaba entre ver una sombría silueta. Aquella sepulcral voz no se hizo esperar: ~Estoy aquí, como te lo prometí - dijo aquel extraño e inquietante ser  ~¿Qué quieres de mi? ¿Por qué estoy pasando todo esto? ~Quiero darte la oportunidad de tu vida, puedo concederte todo lo que desees, solo tienes que pedírmelo. ~¿Todo? ¿cualquier cosa? - pregunto Diego asombrado ¿Dónde esta la trampa? ¿Qué es lo que tengo que darte a cambio? ¿acaso deseas mi alma? ~Son muchas preguntas, pero todo depende de lo que desees y de la cantidad de tus deseos, cuanto mas me pidas, mayor será el precio - dijo aquella fantasmal figura casi escondiendo una sonrisa. Diego pensó en la propuesta hecha por un momento, ya había escuchado anteriormente sobre quienes hacen un pacto y al final terminan perdiendo sus almas; no es que creyera en esas banalidades, pero la verdad no quería arriesgarse. Siempre se creyó ser alguien muy listo, así que quería salir más que beneficiado de esta situación. Lo medito por un momento, y luego negoció con su espectral acompañante: ~Solo quiero tres deseos. Dijo con seguridad. ~Dímelos y yo te diré el precio a pagar. Susurraba ansiosa aquella voz. ~Estas son mis peticiones: 1, Quiero tener vida eterna, 2, no envejecer, 3, ser bello 4, tener mi hermoso cuerpo de 25 años eternamente, 5, Deseo tener el suficiente dinero como para derrocharlo en lo que yo quiera, sin nunca tener la necesidad de trabajar ni tener que preocuparme por la procedencia o la falta de éste y 6, Deseo que nadie, sin excepción alguna, pueda ser dueño o dueña de mi alma, la cual me pertenecerá a mi solamente y a ningún otro ser que no sea yo, y eso te incluye a ti especialmente. Estos son mis deseos, ahora dime tu precio. ~¿Así que nunca podre tener tu alma?, Esta bien, son 6 deseos y el precio que tendrás que pagar son tres almas, pero no almas cualquieras, quiero tres almas que hayan sido torturadas por ti hasta morir. ~¿Quieres que yo torture a tres personas? ~Que sean los tres que tu quieras, no me importa, y para facilitar tu tarea, tendrás salud y gozaras de mi impunidad, sin importar el crimen que cometas, nunca nadie te podrá culpar por ello. ¿tenemos un trato? ~Trato. dijo Diego tras pensarlo un momento. Aquella niebla comenzó a enturbiarse aun más y a moverse en forma arremolinada haciéndose mas grande, la voz en su interior resonaba con estrepito: ~Tendrás exactamente 30 días de salud e impunidad, deberás cumplir tu cometido en ese lapso, luego de eso morirás, y si no has cumplido tu me pertenecerás eternamente. Risas escalofriantes inundaban aquel lugar. Diego se alejaba flotando rápidamente hasta caer nuevamente en su propio cuerpo. En ese momento despertó sintiéndose mucho mejor, sabia que no había sido solo un sueño y ahora, sabia perfectamente lo que tenia que hacer.

El precio a pagar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora