George estaba de pie frente a la ventana de su departamento, mirando la ciudad con los ojos nublados por la frustración. El lugar que siempre había considerado su santuario ahora se sentía extraño, ajeno. Cada rincón, cada mueble, cada silencio le recordaba que algo había cambiado. Algo que no podía deshacer, no por más que lo intentara.
Lance había llamado a Checo. ¿Cómo se atrevió? Esa pregunta giraba en su mente como una espiral de pensamientos inconexos. La traición, aunque no fuera deliberada, se sentía pesada. Sabía que Lance lo había hecho con buenas intenciones, porque de alguna manera, siempre lo había hecho. Lance quería ayudar, quería asegurar que George tuviera la ayuda que necesitaba en este momento tan delicado.
Pero eso no borraba la herida. No la hacía desaparecer.
El teléfono vibró en su mano, una llamada perdida de Fernando, suponiendo que la cara de tristeza que tenía su esposo sabía que llamaba para enmendar las cosas. George suspiró, mirando el aparato como si pudiera contestar y liberar el nudo en su estómago de alguna manera. Pero no lo hizo. No podía hacerlo todavía. El dolor de sentirse excluido, de saber que su espacio personal había sido invadido, era demasiado fuerte.
Lo entendía, en teoría. Lance había hecho lo que pensaba que era lo mejor, lo que había creído que le ayudaría. Pero lo que no entendía, lo que ni él mismo sabía explicarse, era el por qué se sentía tan herido.
No, lo sabía bien. Era algo más. Era el miedo a que, por mucho que Lance lo quisiera, había algo que seguía sin entender de su vida, de sus decisiones. Y eso lo hacía sentir solo, desprotegido.
Sin embargo, George también sabía que no podía culpar completamente a Lance. Sabía que su amigo actuó desde el amor, desde el deseo de ver a George bien, de ver que su embarazo no fuera una carga o una complicación. Quizás, incluso, Lance pensó que al invitar a Checo, lo estaba ayudando a protegerlo, a asegurarse de que todo estuviera bien. Quizás.
Pero al final, George seguía sintiendo que algo se había roto. Algo que no iba a ser fácil de reparar. Algo que iba más allá de una simple llamada telefónica.
—No sé qué pensar, Lance —susurró para sí mismo, terminó en la cama mientras el canadiense lo miraba desde el sofá pequeño como cachorro regañado. El nudo de su garganta se estaba deshaciendo en un llanto de lagrimas.
George se sentó, las manos temblorosas mientras intentaba calmarse. Había algo en la forma en que Lance había mencionado la llamada con Sergio llena de una esperanza de ayudarlo, que le revolvía el estómago, algo que lo hacía sentirse vulnerable de una manera que no quería reconocer.
—No quiero a Sergio cerca de mí ni de mi bebé —dijo George, las palabras saliendo como un susurro roto, como si al decirlas, algo dentro de él se quebrara más aún.
El canadiense le había contado de la llamada que tuvo con el mexicano pero como imaginaba no fue bien recibido
Lance lo miró, sin saber si debería decir algo o quedarse en silencio. Después de todo, era difícil cuestionar a George en esos momentos, especialmente cuando las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos. El lo había metido en eso y el sabrá como sacarlo de ahí.
—Sé que te duele, Georgie —dijo Lance con tono suave, acercándose para intentar abrazarlo. Pero George lo apartó, no porque no lo necesitara, sino porque aún no estaba listo para ceder. No con esa mención tan cruel por parte de su amigo.
—¿Te imaginas que lo vea cerca de mi hijo? Después de todo lo que dijo de mí... —George no podía continuar. La sola idea de Sergio, de ese chico que tanto había querido pero que siempre lo lastimaba con palabras venenosas, cerca de su bebé, le quemaba el alma.
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༒☬𝓛𝓪𝓼 𝔀𝓪𝓰𝓼☬༒ 𝘎𝘦𝘸𝘪𝘴/𝘊𝘩𝘦𝘴𝘵𝘢𝘱𝘱𝘦𝘯
FanfictionLa vida de Sergio "Checo" Verstappen y Geroge Hamilton Williams ¿Qué. . ? ¿Esposos de los pilotos de Formula 1? Ah y no de cualquier piloto, de los campeones del mundo Dios mío