un amor..tan inesperado

Celos

Alejandro por su parte, era un chico desmadroso con sus amigos, delgado, ojos cafés, pelo corto marrón, alto y con unos grandes anteojos que se acoplaban a su rostro, Carolina, con el paso de los días empezó a desarrollar nerviosismo al estar junto a él, al hablarle, al mirarlo, podía sentir como muy dentro de ella brotaban las muy conocidas "mariposas en el estómago" de esas que a pesar de tomar mucha agua, o respirar profundamente, siguen estando ahí presentes, revoloteando por todo tu ser sin descanso.

Mientras los días pasaban, Sofía se encargaba de buscar alrededor de Alejandro una iniciativa de que él tuviera los mismos sentimientos por la contraria, trataba de mirar de reojo su celular cada que podía, escuchaba las conversaciones de los chicos, trataba de echar un vistazo a la galería, de ver mensajes de texto para tratar de descifrar algo, sin embargo, siempre que lo hacía fracasaba pues no daba indicio alguno de esto.

Finalmente, las chicas se percataron de algo realmente inusual, una liga que iba en la mano derecha del contrario, está era una liga negra que perfectamente salía a relucir de vez en cuando, pronto, todas empezaron a sacar teorías de quien podría haberle dado esa liga y la razón. Inmediatamente a Carolina se le vino una sola persona en mente en esos instantes. Andrea, la chica que iba con ellos al mismo salón para tomar clase de inglés.

¿Habría sido ella?
¿Hace cuanto?
¿Se vieron fuera de la escuela?
¿Por que se la aceptó?

De solo pensarlo, Carolina no pudo evitar sentir enojo y frustración, una ira tan grande, que sentía que su cerebro estaba a punto de colapsar en esos mismos instantes.

-Quizás se la dio su hermana- menciono Lucia con un tono tranquilo y sereno

-Alejandro no tiene hermanos-

-¿Y que tal su madre?- contestó Rose

- ¿Por que lo haría? Alejandro no tiene el pelo largo, no encuentro necesidad alguna de llevar una liga consigo mismo- mencionó Carolina, pasándose la mano por encima de su cabello y resoplando, tratando de controlarse en esos momentos

-¿Un familiar suyo que vaya aquí en la escuela?- preguntó Sofía tratando de buscar una respuesta lógica

-Que yo esté enterada y que Alejandro me haya comentado, no tiene ningún familiar que vaya aquí, una chica de aquí se la tuvo que haber dado y yo estoy segura de quien pudo haber sido ¿Se acuerdan de la chica que va con nosotros en inglés? Estoy segura que ella pudo haber sido, ella se lleva bien con él y aparte para mi jodida situación, esa chica está mostrando interés por Alejandro. Cuando estamos en clase, se la pasan hablando y riendo juntos, y no solo eso, también le quita su teléfono y empieza a jugar con el, y el otro, en vez de hacer algo, simplemente se le queda viendo, permitiendo eso..-

Después de rato de pensar y diálogo ninguna pudo llegar a una conclusión lógica, y tampoco podían afirmarlo con seguridad las cosas que comentaron, sin duda, era un misterio que al menos por ahora, tendría que quedarse así, hasta dar con la persona o hasta que Alejandro diera señales de algo, pero lo último, sin duda parecía una tarea imposible para ellas pues ese chico a pesar de ser alguien desmadroso también era alguien que trataba de ser lo más discreto con sus cosas íntimas.

Todos los días, al llegar de la escuela, Carolina se quedaba recostada en su cama por horas, pensando y pensando el origen de esa liga, pensando si Alejandro sentía lo mismo por ella.

¿Acaso a los hombres les pasa lo mismo que a las mujeres?

¿Ellos también les contarán a sus amigos como se sienten, o si es normal sentirse en una nube cada que hablan con la que persona que les gusta?

¿Acaso ellos también se revuelcan en la cama cuando reciben un mensaje de texto de esa persona?

¿Estarán pegados al teléfono todo el día, esperando un mensaje?

Una respuesta que sólo las personas que viven enamoradas en esos momentos, serán las únicas personas quienes las podrán resolver por sí mismas incluyendo a hombres y a mujeres.