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Una sola alá
En el cielo, la luz de el señor Star reinaba eterna, una luminosidad que nunca se apagaba, arrojando un resplandor cálido sobre los ángeles, y dejando atrás la oscuridad que caracterizaba al reino de los demonios. Era un mundo de luz perpetua, un contraste abismal con el reino de tinieblas que Lawrie conocía. Caminaba por el palacio, el fuego que lo rodeaba a toda costa lo mantenía a raya, una barrera que lo separaba de la paz que veía en el cielo. En sus manos tenía los guantes que le había dado su creador, un regalo que lo ataba a su destino. Soltó un suspiro pesado, la idea de ir al cielo le aterraba un poco. No entendía por qué, pero algo dentro de él le decía que valía la pena ir, que ese mundo podía ser su salvación.
Detrás de él, se escuchó el carraspeo de una garganta. Se giró para ver a su servidora. "Mi señor, lamento interrumpirlo, pero la cena lo está esperando". Lawrie solo frunció el ceño, mirando por última vez el fuego que lo mantenía caliente, antes de adentrarse al palacio.
Las luces de antorchas daban un toque de oscuridad al palacio, la de cuernitos lo seguía de atrás, limpiando un poco su ropa, debido a que estaba con un poco de polvo. Lawrie paró en seco, mirando hacia arriba, dónde estaría el cielo, según lo que había dicho su creador. Habría un ángel que estaría siempre al lado de su enemigo, el Señor Star, donde lo reconocerá al instante en tan solo verlo."Mi señor, el señor Edgar lo está esperando", comentó la de piel colorada. No quería tener problemas con su creador. Visualizó cómo su superior comenzó a caminar, soltó un suspiro y lo siguió de atrás.
[ ... ]
Era un nuevo día, un día especial para Larry. Era el primer día de que el de ojos celestes era serafín. Había aceptado ser uno, su vestimenta había cambiado, la túnica blanca que siempre usaba fue intercambiada por un uniforme. El angelito se miraba con atención en el espejo, visualizando su cuerpo. Jamás había expuesto su cuerpo, tampoco lo había visto, estaba acostumbrado a use su túnica con lo que le gustaba, pero las cosas eran diferentes. Su uniforme parecía único y diseñado para él, le incomodaba un poco, pero tenía que acostumbrarse. "¡Larry, qué bien te queda!", gritó la de casco acercándose a su amigo, quien se había asustado un poco por su repentina aparición.
- "Gracias, me incomoda un poco, por qué, ya sabes... me gustaba mi túnica. Es la primera vez que veo mi cuerpo de esta manera. ¿Enserio usan esto los serafines?", cuestionó el de ojos celestes. La querubín soltó una risa y apoyó sus manos en los hombros de su compañero para mirar el espejo con él. "Tranquilo, es tu uniforme, único y diseñado para ti. ¿Oh, quieres tener mucha armadura en todo tu cuerpo?", observó cómo Larry negaba con la cabeza. "Estoy bien así", contestó sonriendo. Era mejor eso que tener una armadura pesada en todo su cuerpo.
- "Me gusta cómo te queda, no sabía que podías tener esa coronita en tu cabeza", Max tocó la corona que llevaba Larry, observó la joya hermosa que llevaba la corona, era inusual. "Supongo que debe ser porque seré el más cercano a él", concluyó, dándose la vuelta para mirar a su amiga. "Sí, debe ser eso", aclaró la querubín mirando a su amigo. "Es hora de que vayas a ver a nuestro creador", cuando terminó de hablar, pudo notar un brillo de emoción en los ojos del ángel quien asintió con firmeza.
Se despidió de su amiga para ir a donde estaba su creador. Estaba feliz, apresuró un poco su paso, chocando con uno de sus compañeros, a alguien que no quería ver en este momento, Surge. "Wow, ten más cuidado, ¿a dónde vas tan rápido?", preguntó, mirando al de ojos celestes que tenía otra vestimenta. "¿Sabes que está prohibido llevar ese vestuario si no eres de ninguna jerarquía?", comentó, observando cómo este se levanta del piso. "Perdón, pero yo también pertenezco a este palacio", escuchó la risa de Surge. "¿Desde cuándo tú eres uno de aquí?", su pregunta era en forma de burla.
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♔ 𝐅𝐥𝐲 𝐓𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫 ♚ (𝐋𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐱 𝐋𝐚𝐰𝐫𝐢𝐞) 𝐀𝐔
RandomNo importa que nuestros mundos sean diferentes, que nuestras alas sean de plumas o de fuego.Nuestras almas se encontraron y laten al compás de un amor que no conoce fronteras. Es un amor que traspasa el cielo y el infierno, que no entiende de jerarq...