RED VELVET. | JINX BP! (+21)

16.

ACLARACIÓN: la primera escena del capítulo está basada en la historia detrás de "House of balloons" de The Weeknd, tanto de la canción en sí como otras que forman parte del álbum del mismo nombre, incluyendo también algunas piezas de la trilogía.

Por cierto, este capítulo tiene insinuación de breeding, y modificaciones con respecto a estudios/análisis médicos para conveniencia de la historia. No se tomen estos procesos medicinales como si fueran completamente válidos, ya que difieren de la realidad en muchos aspectos.

***

―El jueves por la madrugada haré una fiesta en ya sabes dónde. Te dejaré como invitado VIP si decides venir.

Seungho encendió la colilla de un cigarrillo y comenzó a fumarlo. Le ofreció otro a Jaekyung, pero él denegó la oferta con cierto gesto de asco al sentir el humo contaminar sus pulmones.

Ambos estaban en el instituto, en un sector del gran campus donde no los encontrarían.

―No, gracias. Paso..., por las dos cosas. ―dijo, cruzándose de brazos.

―Vamos, ese lugar te encantará. ¿Por qué siempre rechazas mis invitaciones? ―Insistió mientras exhalaba.

―No sé, ¿será porque no me interesa joderme las neuronas con las mierdas que circulan allí mientras hay orgías por cualquier sector donde mires? No, gracias.

A Jaekyung le enfermaba el alcohol. Bastaba solo un poco de soju para que la sangre en las venas se le diluyera. No quería imaginarse lo mal que se pondría si llegaba a consumir todo lo que Seungho le ofrecía a su público.

Seungwoon tenía una casa que podría haber heredado, pero la rechazó, designándosela a Seungho para que hiciera lo que quisiera con ella. Ese lugar no le gustaba porque era demasiado sombrío, tenebroso y escalofriante, casi muerto por dentro.

Y así, Seungho debía esperar a que toda su familia estuviera ausente para salirse con la suya.

Un día, mientras estaba aburrido, decidió comprar globos plateados con helio y dispersarlos por toda la casa para animarlo, y había tomado otro aspecto, uno mucho más atractivo. Invitó algunos amigos que conocía, quienes podían traer a alguien si lo deseaban, pero debían avisarle al anfitrión primero.

La primera vez había sido todo un éxito y todos clamaban por más. ¿Cómo es que Seungho podría negarse ante eso?

Eran fiestas extrañas y de muy difícil acceso, así que las personas solo podían ingresar por acercamiento o invitaciones, y el precio a pagar por la entrada era extremadamente costoso.

Dentro, había todo tipo de drogas, inyecciones, pastillas, polvos, e incluso, medicamentos que activaban la euforia reprimida en la sangre de cualquiera. Muchos disfrutaban hacer cócteles extraños y difíciles de conseguir: Aderall con Moët, LSD mientras disfrutaban de un Grand Marnier, Metanfetamina con Macallán, o MDMA con Oxicotina..., lo que sea. De todas formas, a Seungho poco le importaba si alguien fallecía de sobredosis por desbordarse con todas esas cosas.

Las personas podían disfrutar de todos los excesos que quisieran, pero había una regla: todo lo que sucedía en aquella casa, se quedaba allí. Nadie había asistido, nadie conocía ese lugar, no había ningún invitado... Nada de nada.

Tampoco existían pruebas que pudieran incriminar a Seungho. Había quitado todas las cámaras, y también se encargó de contratar a un buen equipo de guardias que brindaran seguridad en la entrada de la casa. No tenía manera de fracasar.

Eran fiestas ideales para gente aburrida de la vida que necesitaban algún estimulante.

―Eres un cascarrabias. ¿Te vas a perder lo mejor? ¿Sabes quién será la estrella porno de la noche? ―Sugirió con una sonrisa torcida.